domingo, 13 de octubre de 2013

Seguimos contando


En este bonito y acogedor lugar, tras dejar a Félix  facturado con destino a Atenas. Como quiera que las horas de luz restantes no daban para mucho, el mando decide poner rumbo a Trizonia, única isla habitada de esta parte del Golfo. En poco mas de tres horas cubrimos las caso 20 millas de trayecto. El puerto es un proyecto de marina abandonada donde se mezclan barcos atracados y fondeados de buana calidad y porte con auténtico “chabolismo” naútico, como bien definiría mas tarde nustro compatriota Raimon.



 
Por primera vez, no es broma, nos permitimos el lujazo de comer en una de las tavernas de la parte del puertito pesquero. Sencillo, a la par que sabroso y barato.

La siguiente etapa era llegar a Lepanto (Navtakos), opción que hubo que deshechar debido al viento, contrario a la opción de fondeo en el exterior del mini puerto. Se decide (la oficialidad, que la tropilla no entra en estos asuntos) seguir hasta Misolongi, pasando bajo el impresionante puente de Patras.

Al llegar a la ciudad que vió morir a Lord Byron, el paisaje cambia. La costa pelada y escarpada da paso a zonas de arenal y pantano. La entrada al puerto y marina se hace a través de un canal dragado en los extensos humedales. Una vez en la zona de fondeo entramos en la Marina para saludar a Noe y Raimon, armadores y tripulantes del “Njord”, con quienes cenamos (dos veces en dos días) en una taverna del pueblo.

La siguiente jornada exigía quedarse por los alrededores, ya que Begoñe llegaría a Misolongi al día siguiente. Por ello partimos hacia la isla de Petalas, que está “unida” al continente por un brazo de terreno inundado. La apariencia verdosa de esta semilaguna ,debido al aporte de agua dulce, le da uun aspecto diferente al azul habitual del mar de la zona. Ello no fue obstáculo para el baño de rigor y para comprobar la limpieza de las aguas. En las proximidades pescamos un par de caballas de tamaño reducido, que decidimos limpiar y guardar.


Al día siguiente volvimos sobre nuestro pasos, con una paradita para el baño y aperitivo de rigor en  el canal que separa la despoblada isla de Oxia del continente.

Por cierto, rebuscando en Internet comprobamos que la famosa Batalla de Lepanto se desarrolló al Sur de esta isla, y no en el interior del Golfo de Corinto, como cabría suponer por la localización de la ciudad de Lepanto.

En esta pequeña playa, tras bañarme en agua de mar con jabón, me fue permitido “endulzarme” en la plataforma de baño (jupette para los mas informados), por segunda vez desde que embarcamos en Creta. Ni siquiera esta demostración del mas absoluto respeto hacia la filosofía del patrón fue apreciada en su justa medida.

En el tramo que nos quedaba hasta Misolongi, completamos nuestra despensa con otras tres caballas y una joven llampuga. Fresco, fresco, el pescadito, fue la cena del día a bordo del Alysio.


La proximidad de la visita auguraba cambios de actitud en el todopoderoso, o así nos pareció cuando asomó por el tambucho un ser desconocido, a juzgar por la raya en el pelo.


Con Begoña a bordo, la situación del marmitón-grumete mejoró considerablemente, hasta el punto de atreverme a escribir estas líneas sin miedo al castigo físico a que podía haber sido sometido en otras circunstancias.

Partimos de Misolongi con destino a Itaca pasado el mediodía y fondeamos en una bonita cala del E de la Isla. El lugar es muy bonito y allí nos mantuvimos hasta finalizar el aperitivo de nuestro último día de navegación.


La corta travesía hasta Vathi nos permitió apreciar las playas y el paisaje de esta isla, hogar de Ulises según la prolífica mitología griega.

Atracamos en el puerto y se murió definitivamennte el molinete del ancla. La verdad es que, desde el incidente de la tubería en Kiparissi, la cosa no pintaba nada bien.

A pesar de poder finalizar la maniiobra satisfactoriamente, esto nos deja un sabor algo amargo al tener que abandonar a Begoña y Joseba en esta situación.

Mañana viajamos a Atenas en otro periplo que comenzará a la 13:30 con el Ferry en el puerto de Piso Aetos,  al O de la isla, pasando por Sami en Cefalonia, parada en Patras y bus hasta la capital (21:00).

El año pasado una semana larga nos supo a poco. Este año, dos semanas nos ha sabido a algo menos poco.
Volveremos!!!!!, aunque sea para repetir el módulo de marmitón-grumete (¿Me dejará el patrón anular la convocatoria?)

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Alysio 2014