En este bonito y acogedor lugar, tras dejar a Félix facturado con destino a Atenas. Como quiera
que las horas de luz restantes no daban para mucho, el mando decide poner rumbo
a Trizonia, única isla habitada de esta parte del Golfo. En poco mas de tres
horas cubrimos las caso 20 millas de trayecto. El puerto es un proyecto de
marina abandonada donde se mezclan barcos atracados y fondeados de buana
calidad y porte con auténtico “chabolismo” naútico, como bien definiría mas
tarde nustro compatriota Raimon.
Por primera vez, no es broma, nos permitimos el lujazo de
comer en una de las tavernas de la parte del puertito pesquero. Sencillo, a la
par que sabroso y barato.
La siguiente etapa era llegar a Lepanto (Navtakos), opción
que hubo que deshechar debido al viento, contrario a la opción de fondeo en el
exterior del mini puerto. Se decide (la oficialidad, que la tropilla no entra
en estos asuntos) seguir hasta Misolongi, pasando bajo el impresionante puente
de Patras.
Al llegar a la ciudad que vió morir a Lord Byron, el paisaje
cambia. La costa pelada y escarpada da paso a zonas de arenal y pantano. La
entrada al puerto y marina se hace a través de un canal dragado en los extensos
humedales. Una vez en la zona de fondeo entramos en la Marina para saludar a
Noe y Raimon, armadores y tripulantes del “Njord”, con quienes cenamos (dos
veces en dos días) en una taverna del pueblo.
La siguiente jornada exigía quedarse por los alrededores, ya
que Begoñe llegaría a Misolongi al día siguiente. Por ello partimos hacia la
isla de Petalas, que está “unida” al continente por un brazo de terreno
inundado. La apariencia verdosa de esta semilaguna ,debido al aporte de agua
dulce, le da uun aspecto diferente al azul habitual del mar de la zona. Ello no
fue obstáculo para el baño de rigor y para comprobar la limpieza de las aguas.
En las proximidades pescamos un par de caballas de tamaño reducido, que
decidimos limpiar y guardar.
Al día siguiente volvimos sobre nuestro pasos, con una paradita
para el baño y aperitivo de rigor en el
canal que separa la despoblada isla de Oxia del continente.
Por cierto, rebuscando en Internet comprobamos que la famosa
Batalla de Lepanto se desarrolló al Sur de esta isla, y no en el interior del
Golfo de Corinto, como cabría suponer por la localización de la ciudad de
Lepanto.
En esta pequeña playa, tras bañarme en agua de mar con
jabón, me fue permitido “endulzarme” en la plataforma de baño (jupette para los
mas informados), por segunda vez desde que embarcamos en Creta. Ni siquiera
esta demostración del mas absoluto respeto hacia la filosofía del patrón fue
apreciada en su justa medida.
En el tramo que nos quedaba hasta Misolongi, completamos
nuestra despensa con otras tres caballas y una joven llampuga. Fresco, fresco,
el pescadito, fue la cena del día a bordo del Alysio.
La proximidad de la visita auguraba cambios de actitud en el
todopoderoso, o así nos pareció cuando asomó por el tambucho un ser
desconocido, a juzgar por la raya en el pelo.
Con Begoña a bordo, la situación del marmitón-grumete mejoró
considerablemente, hasta el punto de atreverme a escribir estas líneas sin
miedo al castigo físico a que podía haber sido sometido en otras
circunstancias.
Partimos de Misolongi con destino a Itaca pasado el mediodía
y fondeamos en una bonita cala del E de la Isla. El lugar es muy bonito y allí
nos mantuvimos hasta finalizar el aperitivo de nuestro último día de
navegación.
La corta travesía hasta Vathi nos permitió apreciar las
playas y el paisaje de esta isla, hogar de Ulises según la prolífica mitología
griega.
Atracamos en el puerto y se murió definitivamennte el
molinete del ancla. La verdad es que, desde el incidente de la tubería en
Kiparissi, la cosa no pintaba nada bien.
A pesar de poder finalizar la maniiobra satisfactoriamente,
esto nos deja un sabor algo amargo al tener que abandonar a Begoña y Joseba en
esta situación.
Mañana viajamos a Atenas en otro periplo que comenzará a la
13:30 con el Ferry en el puerto de Piso Aetos,
al O de la isla, pasando por Sami en Cefalonia, parada en Patras y bus
hasta la capital (21:00).
El año pasado una semana larga nos supo a poco. Este año,
dos semanas nos ha sabido a algo menos poco.
Volveremos!!!!!, aunque sea para repetir el módulo de marmitón-grumete
(¿Me dejará el patrón anular la convocatoria?)
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