miércoles, 24 de junio de 2009

Dubrovnik, Sipan, Mljet y el síndrome de Noruega





Heme aquí, anónimo narrador, con más pena que gloria y obligado por las vehementes recomendaciones del Ilmo. Almirante de esta celebre nao, intentando humildemente poder cuando menos mantener el nivel ilustrativo que mi insigne predecesora en estas lides náuticas, a la sazón más conocida como María, os ha hecho llegar con sus más que acertados relatos. Con las letras presentes y posibles futuras, no aspiro más que a intentar captar, aunque sea levemente, el interés del lector de este blog detallando de la forma más fidedigna y real los múltiples avatares a los que los insignes marinos del Alysio se ven y se verán abocados en su singladura a lo largo de la costa Croata desde Dubrovnik a Zadar.
Siguiendo el hilo de la narración de María, en Dubrovnik hubo sentimientos contradictorios, entre las alegres manifestaciones y alborozo de los recién llegados y la pesadumbre de los que en breve iban a partir a destinos menos glamorosos para enfrentarse con la rutina diaria. Como despedida y como recibimiento, nos juntamos marinería entrante y saliente para fraternalmente cenar todos juntos en lo que (dadas las fechas) suponíamos intimidad de las solitarias calles de Dubrovnik. Enseguida nos dimos de bruces con la cruda realidad y la búsqueda de un restaurante que pudiera acogernos se convirtió en una dura tarea por la riada de personal extranjero y por la inminente llegada del diluvio universal, ya relatado y que por cierto seguimos soportando.
Domingo 21 de Junio. A hora no tan pronta y después de los tramites con la siempre presente burocracia partimos del puerto de Komolac hacía la primera de las “mil islas de Croacia” bautizada con el sugerente y aparente oriental nombre de SIPAN. Puerto pequeño, recoleto y entrañable, que salvando las distancias, te traslada a los decorados de la película de La reina de Africa. Tras una agradable, sobrada y amplia lentejada, y con la sana intención de avanzar lo más rápidamente hacía la isla de Mljet, el almirante nos propone salir del sotavento que proporcionan las islas. Todos aceptamos y rápidamente cambian las tornas y lo que hasta ese momento venía siendo, aunque bajo un cielo gris, un placentero paseo, se transforma en tumbos varios, vientos arreciando, olas díscolas, personal con trajes de agua para afrontar lluvias por doquier y alguna que otra baja lipotimica . Al anochecer y bajo la siempre persistente lluvia, entramos en una cala atestada de atraques con sus correspondientes restaurantes con avidos personajes para que amarraramos donde se encontraban. De eso nada monada, buscábamos sitios tranquilos y huimos a toda prisa de aquella barbarie turístico consumista. Al anochecer, fondeamos en el parque natural de Mljet donde sin saberlo permaneceremos dos noches, también bajo lluvia.
El “estupendo” clima con que nos ha recibido Croacia, no hace que dejemos de pensar si nos hemos equivocado de destino y realmente estamos en Noruega o en algún país del Norte de Europa. Aquí hará calor, pero desde luego eso no ocurre durante este mes de Junio. La ley de Murphy es implacable y se está cebando con nosotros en lo que al clima se refiere.
Martes 23 Junio: El Sol asoma pronto por la mañana y de la misma manera desaparece, comida en el barco y de nuevo lluvia y desesperación entre los infantiles y los que no lo son, llevamos encerrados dos días en 25 metros cuadrados y el aburrimiento empieza a hacer mella en nuestros espíritus por no decir otras cosas. Francamente el recuerdo del clima de Noruega es inevitable y persistente. Estamos rodeados por barcos charter, cuyos tripulantes correctamente vestidos bajan a tierra para someterse a las terribles fauces de los restauradores de la zona.
Miércoles 24 de Junio: Por fin, parece que sale el Sol y con intenciones de persistir. Nos hemos dado el lujo de desayunar en la bañera del Alysio con unos croissant exquisitos que dos avezados e intrépidos gomonistas han tenido a bien ir a buscar a la única panadería existente en el parque.. Los charter, hace tiempo que se han ido y nosotros seguimos disfrutando del desayuno. Salimos de Mljet hacia Korcula, para ir a buscar a Begoña que se incorpora hoy. Creemos que algo tiene que ver con que haya aparecido el Sol. Antes de llegar a Korcula, hacemos un alto en una estupenda calita y todos nos bañamos. Ya llegan los baños, ole, ole y ole. Pero muy felices nos las prometíamos, a la llegada a Korcula el mal tiempo vuelve a hacer acto de presencia. Pero por Dios, ¿Cuándo leches va a terminar esta m…. de tiempo? ¿Seguro que no estamos en Noruega? A ver mañana que pasa. ¿Nos podremos bañar?¿llegaremos a ponernos morenos alguna vez? Porque negros ya estamos.
PD: No os equivoqueis, lo estamos pasando muy bien y los ánimos están altos.
Thierry

3 comentarios:

una que se quedó en tierra dijo...

Pues si que estáis aburridos para tan larga crónica. No sabía que tanto crucigrama daba para este sinfin descriptivo de 74 lineas.Me he quedado sin palabras.Espero impaciente vuestra próxima singladura por Dalmacia

pilar dijo...

Pues a mí, no me importaria nada,nada... estar viviendo estas condiciones METEREO-ILOGICAS , tienen un toque muy aventurero.Pero seguro, q Begoña os trae tb, "el sol de medianoche". Muchos kissesss

Maria dijo...

Thierry menos mal que has cogido la dirección del blog porque sino no nos enteramos de lo que andais. Un beso a los que estais sufriendo en Croacia.

Alysio 2014