Jueves 25: Usando el título de la disparatada película “Amanece que no es poco” os confirmamos que el atípico tiempo climatológico que hasta ahora teníamos nos da una pausa y bajo un Sol que hasta el momento desconocíamos, nos permite acercarnos, dando un paseo desde una cala próxima donde habíamos fondeado por falta de sitio en el puerto, a la recoleta ciudad de Korcula (sita en la isla del mismo nombre y que es la sexta isla más grande del Adriático). Toda la tripulación disfrutó de las estrechas calles de la típica ciudad dálmata medieval y además hicimos compras de avituallamiento. Vuelta al barco, baños varios y en marcha de nuevo hacía la cercana isla de Hvar, con un alto en el camino entre las puntas de Kjuç y Ositac en la peninsula de Peljesac. Sí, ya sé, son nombres impronunciables, pero no menos que la semántica náutica que nuestro ilustre y bien amado almirante pretende obstinadamente que aprendamos para intentar hacernos pasar por marineros mínimamente decentes. Afanosamente y no sin cierto esfuerzo, hemos terminado por aprender la gran mayoría de cachivaches del barco y comprender lo que es la eslinga fildonguera con gramiles anatróficos y estuardamientos prientales con abordes consuetudinales pulimentados y lo que ello supone para una más que correcta navegación. No os lo perdáis, aquí a las cuerdas les llaman cabos y lo mejor es lo de los lados del barco, el almirante nos dijo, mirar ¡¡por babor!! y ya ufanos y conocedores de la jerga, le respondimos, no hombre no, sin favor alguno, miramos muy gustosamente.
Bueno, a lo que íbamos, después de comer apaciblemente, llegamos tras casi dos horas de navegación a una estupenda calita, después de haber examinado anteriormente nuestro almirante alguna otra que descartó basándose en su experiencia. Allí tras un breve desembarco con el único objetivo de en un árbol dejar firme (atar) un cabo que impidiera los vaivenes del barco durante la noche, se preparó la cena, de nuevo, bajo lluvia. Hala, todos dentro del barco para cenar. Nos esperaba una más que agradable sorpresa, el insigne economista y financiero del barco (Don Paco, Paco, Paco) nos agasajó con un estupendo plato de jamón. Si, sí de jamón y además del bueno. Tanto, que las tres últimas lonchas, y para no discutir, fueron objeto de una rifa. A los afortunados ganadores la satisfacción del paladeo se atisbaba a través de la salibilla que rebosaba por las comisuras de los labios. Respecto a la comida, sabed que desde el inicio y hasta el momento es de cinco tenedores y cuarto. Exquisitos todos los condumios, salsas, postres, copas y demás. Afortunadamente la lluvia, desapareció como vino y nos permitió ver el cielo estrellado, abrigaditos con los polares y con una copita de coñac. La agradable voz de Nora Jones, cuyas canciones alguien definió como nanas para mayores, sonaban de trasfondo. Ideal.
Viernes 26: De nuevo nubes, claro oscuros y lluvia, levamos anclas, en lo que para nosotros es muy pronto (sobre las nueve) y decidimos que visto el tiempo, hoy deberíamos llegar a Split. ¿Lo lograremos?
Por cierto, además de la exquisita gastronomía, el barco rebosa de cultura por sus cuatro costados (perdón quería decir amuras), todos leemos. Hasta tenemos ya el tercer libro de Stieg Larsson.
1 comentario:
¿Que tal ese inocente corderito con hierbas mediterraneas que seguro os habéis jalado tan ricamente? No creo que supere al de Villamartín, pero por si las moscas ...Paco, coge la receta, si puedes entenderte con el croata.
No se como van los problemas de electricidad del balandrajo, por lo que dejo aquí mi felicitación y tirón de orejas para el patrón-capitán-almirante en su ..... cumpleaños.
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