El Alisio acaba con las islas Jónicas y antes de partir al Peloponeso, pasa primero por el día de intercambio. Llegamos convivimos, nos vamos y todo eso que nos llevamos! Solo Alisio y Almirante permanecen, siempre en una de las más estrechas relaciones. Y tengo que deciros que desde la cumbre del palo mayor, a ambos, se les ve, en contra de todo pronóstico, más altos, mas rubios y más jóvenes.
Ayer se fueron Amaya y Maiko (dos grandes Brujas de las que aprender), al despertar, todo más vacío y desorganizado: dónde está el café? Queda mantequilla? Cómo se encendía el fuego?. Desayunamos carboncitos fríos, plátano ya oxidado por la espera y nos limpiamos con las mangas que no llevamos. ¡Un desastre!
La salida del puerto de Zakinthos ha sido algo engorrosa. Nuestros vecinos de babor no quisieron que nuestra manguera pasase en diagonal por su barco. Así que, con cubos y en cadena se llenaron de agua los depósito, gracias al calor humano, que ante todo, se respira en el Alisio.
Y ya casi llegando al Peloponeso, puerto de Katakolon, llegan 3 y nos vamos 3. Que agusto se va a quedar el almirante, vaya paciencia, que aguante ¡¡y ni un grito al volante!!
¡Esperamos que siga disfrutando el Alisio con sus gentes y sus rumbos!
Un beso a todos los que pasaron y pasarán por aquí, especialmente a todas aquellas, que en algún momento os llamaron Brujas, pues clarísimamente, es un adjetivo cariñoso.
Eva y Paloma.
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