sábado, 16 de octubre de 2010

Despedida








Este verano solo he escrito dos post para el blog; el primero y ahora el último. Todos los demás han sido obra de las correspondientes tripulaciones que, salvo honrosas excepciones, han sido duramente presionadas para ponerse con la redacción, aunque una vez en la tarea se han lucido. En realidad es la idea del blog... ver el viaje con sus ojos.

A pesar del accidentado comienzo con el tema del gas-oil, hemos tenido un verano sin muchas incidencias. La única de cierta relevancia fue la rotura del alternador en una zona que empieza a ser gafe... los alrededores de Nápoles, concretamente Ischia; donde ya en el 2003, con el Ariadna, también rompimos el alternador. En todo caso se reparó en una mañana y si produjo más trastorno fue por producirse un sábado con la consiguiente perdida del fin de semana. Lo demás fueron el mantenimiento, cambios de aceite, filtros, rodetes y cosas de rutina.

La travesía ha sido un tanto peculiar. A diferencia del año pasado que pasamos tres meses continuos en aguas totalmente desconocidas, Panteleria ,Lampedusa, Malta, Jónicas y todo el Adriatico; este año solo hemos recorrido el Peloponeso y Córcega como zonas inexploradas, el resto ha sido profundizar en zonas "ya conocidas", algunas incluso exhaustivamente. Dejamos atrás el Mediterráneo Occidental, visto ya con bastante detalle, para adentrarnos en el Oriental, conocido parcialmente.

Aunque otro años ya habíamos navegado acompañados - Túnez (2006), Chafarinas (2007), Elba y el archipielago toscano (2008) ,Adriatico (2009)- este año hubo un cambio cualitativo: el Nan y el Aldebarán además de navegar con nosotros desde Trápani (W de Sicilia) hasta las Jónicas, se han quedado en Grecia para seguir navegando allí el año que viene.

El Ariadna de Emilio que también nos acompaño en Junio y julio por Nápoles y Sicilia tuvo que volver para Castellón, su base.

Un breve resumen.

Junio, en el levante español, costa azul francesa, estuvimos al final del verano del 2008 pero nos quedamos en la isla de Porquerolles, cerca de la ciudad de Toulon. No hubo tiempo para más: Córcega en la cara W y estrecho de Bonifacio, le dimos unas cuantas vueltas más. Fue un mes distinto, con poca tripulación, incluso escasa, y en el que no acababa de entrar el verano (no hubo baños); un mes acompañado de viento duro y tiempo difícil puesto que navegábamos en una latitud alta para la fecha. Sin embargo, todo fue bien y disfrutamos de los impresionantes Calanques de Marsella viendo una regata de veleros clásicos en Porquerolles. Visitamos el Monasterio de St. Honorat, edificado en la isla homónima, con su bodega y sus viñedos, frente a Cannes. Y nos deleitamos presenciando otra regata, esta vez de Rolex, con sus increibles barcos en Saint Tropez, ¡y qué decir de sus tiendas (unos gayumbos 250 €)! Finalmente acabamos la costa en San Remo (Italia) con su judería impresionante.

Julio, salto desde Cerdeña a las Pontinas (Napoles), encuentrro con el Ariadna, Capri y las Eólicas... Strómboli, Vulcano, Lípari... Las hemos visto todas por cada una de sus rincones. Norte de Sicilia y Trapani con las Islas Egades, viejas conocidas. Llegó el verano con toda su intesidad, primer bonito para mojama. Baños,infinidad de medusas y el encuentro, casi a finales de mes, con nuestros amigos de Nan, y Aldebaran en Trapani.

Agosto, travesía desde las Eólicas hasta Grecia, con un segundo bonito. Después de unos días en las Jónicas nos volvimos a quedar solos y recorrimos las Jónicas exhaustivamente entre Preveza y Zakynthos.Pero, ¡qué os voy a contar de las Jónicas!... viento térmico, calas por doquier, calmares, sardinas, anchoas, pulpo a la brasa... El Paraíso de la vela.

Septiembre, mes más tranquilo en el que dimos la vuelta al Peloponeso. Menos barcos, más bonitos (dos). Más mantenimiento.Descubrimos los contrastes geográficos del Peloponeso entre las caras Sur y Oeste y la Este: las primeras silenciosas y casi deshabitadas y la segunda, vecina a Atenas, nos esperaba con islas como Hidra, Poros y Egina, que estallaban mucho más populosas y bulliciosas.

Conocer el canal de Corintio fue impresionante, Delfos y el Nojrd, en Itea. Dimos los últimos coletazos por las Jónicas con muy pocos barcos antes de limpiar y varar el barco.

El Alysio se ha quedado en Preveza, en seco, descansando con sus compañeros de viaje Aldebarán y Nan, tal y como estaba programado, como trampolín al Egeo... Cicladas, norte de Grecia, Estambul, Turquía, Chipre, Creta... quizás el Mar Negro. Pero estos planes de futuro ya los hablaremos. Cuento con todos vosotros porque sois los que haceis posibles estos relatos, estas historias.

Gracias a todos por acompañarnos.
Joseba.

lunes, 4 de octubre de 2010

Itea, el oraculo y el Njord





día 16/9/2010


Amanecemos en Animokambi y partimos hacia Itea, pueblo portuario cercano a Delfos, donde tenemos un par de cosillas que consultarle a una señora que por allí alterna.
Ahora, lector, imaginate la estampa. Aproximación al puerto de Itea. Una enorme bandera española ondea en el backStai de un velero. Haciendo la maniobra de aproximación, un tripulante del mencionado barco se aproxima para que le pasemos un cabo...
_ ¡Hombre Joseba! ¿Como tu por aquí?_
Para que os voy a explicar...

Pedro conocía a Joseba de viejas andanzas marineras y navegaba en el Njord con Raimon y Noe, su mujer que tenían un crucero, pero crucero, crucero, de acero y 15 metros de eslora con un desplazamiento de ¡23 toneladas! Generador propio, lavadora y toda la pesca. Un sueño para el consumidor nato de amperios. Super majos, no tardamos en organizar una barbacoa esa misma noche (Si, además de otras muchas cosas el Njord estaba dotado de barbacoa portátil, de a 12 euros en el Lidl diría Raimon).

Dicho y hecho, quedamos para hacer las compras a la vuelta y después de pasar la mañana vagueando en amistosa charla con la tripulación del Njord, partimos hacia Delfos, en el bus de las 13:15 que, como es natural, partiría de Itea a las 13:05. En esta etapa, el ingeniero y coartifice de tantas mejoras en la nave, Javier, desertaba del Alysio directamente desde Delfos rumbo a Atenas para tomar un avión e irse a ver las motos, que tenia entrada VIP en Alcañiz, lo cual, naturalmente, le provocaría no pocas vejaciones por parte del resto de la tripulación, al ser tratado de esquirol, no sabemos si por el abandono o por simple envidia.

Una vez llegamos a Delfos, tenemos que andar algo mas de un kilómetro para llegar a las ruinas del templo de Apolo, que se había erigido en la ladera de una montaña notable con el Parnaso al fondo sobre un imponente valle con Itea y el mar al fondo.
Gracias a Dios, fue en llegando al lugar que nos encontramos a Pedro y pudimos explicarle que íbamos a tener que pillar el último autobús y no íbamos a poder llegar a tiempo para hacer las compras, pues las tiendas estarían cerradas (Bueno, mas bien, nos lo explico él, pues nosotros, infelices, pretendíamos hacer la visita completa en menos de 2 horas y regresar en el bus anterior).

Visita al museo y a deleitarnos (Unos mas que otros) con tanta piedra como por allí había. Desde el museo, ante valle tan magnifico, imaginando allí erigido el imponente templo cuyas ruinas íbamos a visitar era fácil evocar la imagen de deidades lanzando flechas de fuego y cosas así. A medida que va uno remontando la ladera, la evocación mas común va siendo la de una coca cola pues la pechada no es pequeña. Si bien el anfiteatro, lo que queda de los templos y arriba del todo, el estadio, con paradita cada tanto para contemplar el paisaje, son notables. Por el estado de las instalaciones intuimos que en el estadio no se había celebrado ninguna competición deportiva en algún tiempo.

Tras la lógica diatriba entre ir a refrescarnos con una Mythos o hacer la última etapa de la visita para ver el templo de Atenea y el gimnasio, triunfaría la opción cultural, pese a que todos estábamos desesperados por abrevar, tal fue nuestro tesón.
Quedó debidamente constatado que, hace ya tres mil años, los vascos estaban más avanzados que los griegos, dado que no encontramos prueba fehaciente de restos de hidromasaje en el gimnasio. Cierto es que aún no se ha demostrado de modo irrefutable los vascos disfrutaran de semejante adelanto hace ya 30 siglos, si bien, sin duda estarían ya en los albores del invento de la boina que, como es bien sabido, refresca las meninges una barbaridad. Y aunque pueda parecer inconcebible, aún hoy sigue habiendo mentes cerradas incapaces de aceptar tan inevitable evidencia.
De vuelta al pueblo, comer algo rapidito, que Javier esta esperando el bus. Ante la ansiedad de algunos miembros, tras la esforzada visita, pedimos pizza, en palabras del capitán, “por castigo”. Despedir a Javier, abrazos y parabienes. Contratar taxista, 25 euros ni pa mi ni pa ti.
_ Somos 5 I hope eso no será ningún problema.
_ Bueno... Hasta 7 ¿?

Y así, lo que se dice en un pis pas, en un vehículo de 4 plazas, 5 como mucho, con adelantamiento en bajada con coche de frente y a la buena de Dios y el capi observando con gesto preocupado a este fenómeno con camisa hawaiana a los mandos de su maquina escuchando el che Guevara, casualmente en castellano, acaso por el riesgo que corre su vida, acaso porque allá rumbo a Atenas parte el último de sus oficiales de confianza y ahora si, a bordo, no queda otra cosa que chusma y una armadora con ideales anarco-progresistas.
Despreocupado y satisfecho de si mismo, como si fuera el mismísimo padre de nuestra cultura, el amigo taxista nos condujo, por lo demás sin novedad de vuelta al barco, donde ya llegaban Raimon, Noe y Pedro con las compras. El complejo de escaqueados que se nos quedo en aquel momento no fue pequeño.

Barbacoa, batallas marineras, denuncia al clero, cata de orujos y convenientemente cogorzas... A la cama. Oye, que majos Raimon, Noe y Pedro. Entre otras cosas quedamos todos de acuerdo en que el viento predominante en el mediterraneo es el de proa.


17-24/09/2010

El 17 amenaza malo, partimos a ver si avanzamos un trecho, que queda mucho hasta el varadero. Ante la negativa de Neptuno expresada con vientos de proa de mas de 20 nudos volvemos a refugiarnos a una cala cercana al puerto de Itea, donde pasamos el día, que naturalmente, una vez fondeamos, parece volverse mas apacible.

Volvimos a encontrarnos con Noe, Raimon y Pedro y volvimos a cenar con ellos, esta vez a bordo del Njord. Unas lentejas con arroz deliciosas que preparó Noe. Y lo demás fue deambular por aquí y por allá rumbo al varadero.

Una vez en marina Cleopatra, 24 horas para dejar un poco preparado el barco de cara a su bien merecido descanso invernal y esperar nuestro turno para subirlo a tierra. Y allí quedó, cuan pez fuera del agua. En todo caso, viéndole allí alegremente, con el Nan y el Aldebaran a su vera, bien pudiera parecer se quedará mas contento de unas pispas viendo que allí, varado, solo podía descansar, después del tute a que le hemos sometido este verano.
Fdo. Ignacio.

Alysio 2014