martes, 7 de julio de 2009

La maldición de Thierry



7 de Julio (San Fermín)
Estamos teniendo unos días “cojonudos”. Avanzamos por entre las islas e islotes, nos bañamos a todas horas y comemos como reyes. Al saber del final del coñac tan delicioso, me permití traer otro similar comprado en el Duty Free, así como chocolates varios comprados por mi querida Rosa, por lo que las charlas de después de la cena están bastante bien acompañadas.
Hay algo que debo decir y que sé que a alguno dolerá más que a otros: El tiempo es estupendo y el sol nos acompaña continuamente. Lo siento Thierry pero alguno ha sugerido en algún momento enviarte un mensaje para darte rabia (ya ves que hay aquí algún cabroncete que otro con algo de mala leche). Creo que no se debió decir eso y creo que fue por eso que Thierry nos ha enviado una maldición, cariñosamente claro, pero una maldición con todas las de la ley.
El caso es que la última noche ha venido acompañada de fuerte tormenta con rayos, truenos, relámpagos fuertes lluvias… Ha sido una noche de perros. Yo temblaba encogido de miedo en el camarote, abrazado a Rosa (ella no se ha enterado de nada porque debido a mis ronquidos duerme con tapones). Con los demás lo mismo, unos se han enterado y otros, los más “troncos“, no . Ha sido una noche horrible. Os lo digo en serio, pero en algún momento, con los ojos abiertos como platos, me ha parecido ver en la obscuridad de la noche, la sombra de la imagen de Thierry asomándose a los camarotes, riendo, riéndose de todos nosotros…
Afortunadamente, la magnífica mañana nos ha saludado con un tibio sol de nuevo. Alegre por el final de la triste noche y poder contemplar la placidez de la mañana en esta bahía de ensueño, he subido a cubierta, me he desprendido de toda mi ropa rompiéndola a jirones (figura poética que no es del todo cierta, pero pienso que en este punto queda muy bien) y he saltado al agua lleno de alegría…
Perdona Thierry… gracias Thierry… no lo haremos más.

Sin embargo por la tarde, después de un día de sol, nos volvió a caer tromba de agua mientras navegábamos, aunque solo duró media hora. La foto adjunta resultó bastante penosa para nuestro capitán, pues no entendía que nos estuviésemos mojando ahí afuera como jil…pudiendo estar adentro sin mojarse. Tonterías que hace uno, no todo va a ser razonable y lógico… ¡estamos de vacaciones!… Bye

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Queda demostrado que Juanjo es un estoico: el unico que afrontaba el temporal a pecho descubieto, y por menos de nada, luego cuando arreciba la tormenta apro
becho para darse un bañito, ¿no?

compo veis ya estamos amarrados al duro banco, o sea al que nos tiene pillados por la hipoteca y hace que tengamso que volver al curro,y seguimos la singladura.

los Garcipaez

Juanjo dijo...

Más que estoico, práctico. Hay que aprovechar el agua dulce caída del cielo. Qué os voy a contar, que compartimos el chubasco de Skradin.

Ya veo que estáis de vuelta. Un fuerte abrazo. Os recordamos.

Alysio 2014