viernes, 30 de julio de 2010

Tre regole da seguire




Lunes, 26 de julio de 2010.

1.Il Kapo sempre manda.
2.L'armatora manda tanto commo il Kapo o más.
3.Volver a la regole uno.

Felichitá en la barca Alysia

Y es Santa Ana. Así que seguimos celebrando. Venga a hacer recados por la mañana, que si hacer la compra, que si buscar bisagra, que si tomar capuccino. Todo ello en Trapani...

Total, que salimos a las tres de la tarde. Volvemos a le Isole Egadi, de nuevo a Favignana. Il Kapo Joseba insiste en darnos clase teórica. De técnica, no hemos aprendido ni chapu, aunque Mary Rousis toma apuntes de Nautika y se aplica un montón. Disfrutar mutxo y de lo lindo.

Todos saladitos. Se nos amontona el programa, hacer la cena y comérsela, pegarse baño, leer, y paseo al pueblo después de que la gomona haga varios viajes para dejarnos a todos en tierra firme.

Ignacio ya es Kapitán de Gomona. Mary Rousis ha ganado el puesto de Jefa de Destrucción Desechos Sólidos. Mister Chaume intenta ganar puntos como CRVB (Coordinador de Recogida de Viseras con Bichero).

Dormimos en Favignana. Y ya sabemos qué cabo es el pajarín y que es de horteras decir mástil y hay que decir palo... Y que cada mástil aguante su foque.

Año santo y jubileo





Domingo, 25 de julio de 2010.

San Jaime, San Tiago y San Jacobo. Así que lo celebramos pasando de barco y haciendo el turista y el guiri yéndonos de paseo.

No Sailing But Stones

Una parte de la cuadri, de excursión a Segeda, a ver alguna piedra: Bego Onasis, Intendentzia Amaia, Dorisana Day, Mary Rousis, Mister Chaume, Vander Kees, y Bego Moi. Con Don Diego de taxista que hizo el mes con lo que nos cobró por el paseo.

Vimos anfiteatro y demás. Y un templo griego con columnas dóricas. Bonito. Vaya helado rico -italiano- nos tomamos antes de volver a montar al taxi que nos dejó en la puerta del funicular para subir a Erice.

Jontxu Korrikolari

Andiamo presto. Paseo txulo por el pueblo, con procesión y banda de música por la calle mayor y misa mayor en Do menor en la Iglesia Mayor de Todos los Santos. Vimos chiesas, castelos y torretas, las de pago y las gratuitas.

No compramos souvenirs y quedamos para cenar en el restaurante Ulisse con el Kapi – il Kapo Joseba – e Iñasito, que se habían quedado en el barco de reparaciones. La tipulación del Ariadna se unió a la cena en la pizzeria.

Begoña Casanueva.

Ondo ibili. Goede reis. Bon viage





Sábado, 24 de julio de 2010.

El nuevo grupo, con mayoría de Bilbao, aunque nacidos en Alicante, Madrid, Roterdam y Valencia, porque ya sabéis que los de Bilbao nacemos donde nos da la gana, llegó la noche anterior al aeropuerto de Trapani.

Los armadores, il Kapo Joseba y Bego Onasis, eta Intendentzia Amaia recibieron al grupo con salvas de bienvenida, las camas hechas y toallas limpias. Un lujo siciliano.

Las Olas y el Viento, Sucundún, Sucundún

Estreno de la barca Alysia, como dicen los de aquí, yendo a una de las calas de Favignana. Total de nueve pasajeros y una recogida que esperaba a que su Jordi llegara a puerto y salió de paseo con la cuadri. Tiempo estupendo. Viento bastante bien.

Los novatos aprendimos algo de lo del amantillo y otros cabos, pero la mayoría tenía más interés en cotorrear del pasado, presente y futuro, pegarse bañitos en la cala, comer algo e intentar volver a puerto sin marearse. Tuvimos tres bajas porque el viento sopló algo más a la vuelta.

jueves, 29 de julio de 2010

¡ZORIONAK AMAIA¡


A pesar de que cada vez escasean mas las noticias del Alysio y no sabemos ni el paradero ni situación de la actual tripulación, hoy es día a celebrar, asi que desde Bilbao MUCHAS FELICIDADES para AMAIA. Tengo la esperanza de que aunque no escribais lo celebreis como es debido.

sábado, 24 de julio de 2010

SANPICOPATO, LAS EGADES, EL ARIADNA Y EL SANSEACABÓ (21 -23 Julio)






Soy afortunado y me toca ver el amanecer camino de San Vito Lo Capo, acompañado de un grupo de delfines listados, cuyas maniobras y facilidad para manejarse en las aguas suponen una auténtica delicia. En algún momento, me ha dado por pensar, si no serían estos delfines los mismos que nos despidieron en Alicudi y que se han acercado a ver si habíamos llegado bien a nuestro destino. Tonterías sentimentales seguramente, pero enternecedoras.
Pronto llegamos a la por el momento solitaria playa de San Vito Lo Capo (que para entendernos hemos rebautizado como San Pico Pato). El agua con un fondo de arena es de un azul verdoso cristalino y sobretodo, sin medusas. Bajamos para desayunar y hacer alguna otra compra y nos encontramos con una más que bulliciosa población turístico guiri costera. A nuestra vuelta al barco, la playa está ya supersaturada de clientela. La distancia a la que se encuentra el Alysio, nos permite disfrutar del baño que abandonamos entre multitud de pequeñas embarcaciones que empiezan a rodearnos a medida que avanza la mañana.
Nuestro nuevo destino, una cala en la isla de Favignana, pasando antes por la isla de Formica, cuyo pequeño tamaño, solitud y construcciones (antigua conservera de atún), nos induce a pensar que es más una base de la famosa “Spectra” que una tranquila isla reacondicionada para las tres “B” (bautizos, bodas y banquetes).
La cala, es una antigua cantera romana y el agua, como en San PicoPato, cristalina, lo que nos permite ver la auténtica invasión de medusas que nos esperaba. En ningún otro lugar, hemos encontrado tantas y nuestro placer por un baño, se diluye.
Fondeamos y a la mañana siguiente (21 Julio) rumbo a la sorprendente Maretimo. De nuevo en nuestro fondeo, encontramos a nuestras “queridas compañeras” que no nos han abandonado en todo el viaje, las medusas. No importa, ya hemos desarrollado un nuevo sentido (usamos gafas) y nos damos un refrescante aunque corto baño. Nuevos planes, unos acuáticos (visita en gomona a una cueva próxima) y otras terrestres (camino a lo alto de lo más escarpado de la cala). Cena y a dormir.
Al día siguiente, hacemos escala en la única población de la isla de Maretimo y además de las habituales compras, nos paseamos por el más que tranquilo lugar, sin coches, ni carreteras. Auténtica paz espiritual y muy alejados de la presión urbanística de las costas españolas, que afortunadamente y por el momento por aquí no tiene atisbos de aparecer.
Es nuestro ultimo día y nos dirigimos a Trapani, con escala previa en la misma cala de la isla Favignana que para nuestra grata sorpresa, no tiene medusas y además coincidimos con el Ariadna. Fabulosa recepción y no menos exquisita y variada comida, que no por menos miraban con envidia el personal que nos rodeaba. Tras un sorpresivo y delicioso “cremaet” elaborado por Emilio, tristemente levamos anclas y nos dirigimos a nuestro destino final. Trapani.
Ambas tripulaciones, cenamos conjuntamente y disfrutamos de la significativa heladería italiana.
(23 de Julio) Desde el pantalán del atraque en Trapani, escribo el final de estos relatos con la tristeza de la partida pero con la alegría y el agradecimiento a Begoña, Amaia, Joseba y Juanjo por estos días que los tres que ahora nos bajamos del Alysio (Sonia, Alvaro y yo) hemos podido afortunadamente compartir.
ULTIMAS NOTAS: 1) Estamos convencidos que las medusas, no son sino una estrategia de la malvada Spectra, cuyos singulares barcos, han estado vigilando en todo momento nuestra travesía.
2) Es imprescindible que las nuevas tripulaciones, sean capaces de sonsacar al Almirante, su nueva concepción sobre el Alysio de cara a la temporada 2.011. Hemos tenido intensos debates al respecto, pero lamentablemente no hemos sido capaces de sonsacarle nada al respecto. Avisados estais.

viernes, 23 de julio de 2010

EL MOJAMA 2º y BAMBOLEO (19 -20 Julio)





Los planes para el día de la llegada de la Armadora, se concentran en dirigirnos hasta la isla de Alicudi, pasando antes por las islas de Panarea, Salina y Filicudi, para finalmente dar el salto hasta las islas Egades, próximas a Trapani, lo que supondrá travesía nocturna. Pero antes de llegar a ese final, poneros al tanto de algún que otro acontecimiento a bordo.
Por un lado, el ya avisado conflicto atunil, en el que la armadora con más que buen criterio impuso su opinión y que no era otro, que darle salida a la mojama que con tanto recelo, y tal cual ocurría en la película del señor de los anillos, el comandante atesoraba egoístamente. Aunque con cierta reticencia, cedió a la petición de la tripulación y pudimos disfrutar de parte de una de las tres mojamas que están a bordo. El toque mágico de Amaia en la cocina, combinando la mojama con tomate seco, alcaparras, aceite y algún que otro condimento, elevó el sabor a su máxima expresión. No hemos terminado con ella (la mojama) y estamos esperando ya la próxima y pronta oportunidad de volver a probarla. Este acontecer nos dará juego para renombrar a nuestro querido Alysio como el nuevo Mojama DOS, para disgusto de su patrón.
Por otro lado, que sepáis los antiguos y nuevos tripulantes, que la etiqueta en el barco, se ha modificado y como tal cual pobladores de las Hebridas o Tahiti, el pareo se ha impuesto como ropa diaria, tanto a efectos laborales como de etiqueta. Eso si, no vale cualquier pareo de esos que tenemos por casa, son específicos, sólo son aceptados aquellos que tengan dibujos de salamandras.
En nuestra travesía, hacemos un alto para comer fondeados en Panarea, al lado de una supermotora de bandera española y banderín de Galicia, rápidamente nuestras mentes empiezan a asignar la propiedad de la nao a un tal señor Amancio Ortega. Nos dirigimos a Salina fondeando y pasando la noche, También tenemos aquí medusas, pocas, pero haberlas haylas.
Amanece (Lunes 19) y después del consabido baño, hacemos escala en la población de Sta María para avituallarnos. Bonito sitio, y exquisitamente limpio para los cánones italianos. Entre el condumio adquirido, nos hacemos con anchoas, a las que de nuevo Amaia les sacará el máximo sabor, mientras disfrutamos de ellas en la isla de Filicudi. Después del reposo, partimos hacía Alicudi. Sorprendente, la población se encuentra esparcida en sus inclinadas laderas, que no hacen sospechar otra cosa y tener la certeza que sus pobladores deben tener corazón recio y gemelos a la par para superar semejantes desniveles.
El ocaso llega y como despedida de las Eolicas, un grupo de delfines varían su trayectoria y como indicándonos el rumbo a seguir para llegar a las Egades, permanecen a nuestro costado durante un rato. Espectacular.
Con mar de fondo y la noche iluminada por un cuarto creciente de la Luna, asumimos el bamboleo del Alysio, que de forma determinada y segura, se apresta a acercarnos a nuestro nuevo destino: Las islas Egades.

VULCANO – SALINA – STROMBOLI – LAMEDUSA (15 – 18 Julio)





Los señores López y humilde servidor arribamos finalmente a Milazzo el pasado Jueves día 15, y gracias a un ferry logramos reunirnos a primeras horas de una “calda” tarde con la paciente tripulación del ya conocido e insigne Alysio. Como bien sabeis a través de los relatos de nuestro antecesor Sr. D. Angel, logramos hacer cumbre en la cima de Vulcano. Prestos, más bien por la exigue luz solar existente que por ganas de bajar, descendimos y previo pacto con el resto de la tripulación que no había ascendido al volcán ese día, y que no citaremos para no deshonrarles, dimonos el consiguiente festín pizzero de bienvenida y despedida, a tenor de los cambios de tripulación que se iban a producir en los días siguientes.
A primera hora de la mañana (Viernes 16), Rosa y Angel, partieron hacia Milazzo y la tripulación se redujo, en un quinto. Pusimos rumbo a Salina pasando antes por Lipari. Mucho Sol y mucha temperatura, pero al parecer no tanto con en suelo patrio. Al atardecer llegamos al Sur de Salina, fondeamos en un pequeño pueblo dividido en dos partes, la de abajo, donde se encuentra el puerto y la de arriba, donde se desarrollan el resto de actividades. El puerto, con apenas cabida para los ferries mostraba aún lo que en su momento fue sin duda el núcleo urbano original, con no más allá de diez o doce recoletas casas, con acceso directo a la playa a donde arribaban las pequeñas embarcaciones marineras de sus antiguos propietarios.
Aunque al parecer y por lo que nos han contado, lo intento con gran tesón a lo largo de toda su estancia en el barco, Maialen, no encontraría aquí tampoco su lugar de esparcimiento y alternancia nocturna. A la mañana siguiente (Sabado 17 Julio) y con un horario más intempestivo que el de D. Angel y señora, Maialen y Mariaje se alejaron de su flotante vivienda temporal y regresaron a la bulliciosa Bilbao a la espantosa velocidad que los modernos medios de transporte de hoy en día permiten y que tanto desubican al personal.
Los ahora prácticamente recién llegados, ante una tasa de abandono que estábamos viendo tan incruenta y que suponía no menos del 40% de la capacidad del barco en menos de dos dias, no comprendíamos a que venía esa huida e interiormente nos recorría un escalofrío, pensando si acaso las formas y procederes de la comandancia del barco podían ser las causas de tanta escapada. Pero no. pronto vimos que los deberes de esta sociedad actual nos impone (vamos, que se les acabaron las vacaciones) y no otros eran el origen del abandono. Las cosas estaban y funcionaban tan bien como en años anteriores. Las disensiones sindicalistas que surgieron pronto fueron acalladas y todo el mundo se puso en su sitio.
Después de esta partida, pusimos rumbo a Stromboli, pasando y parando brevemente en Panarea. Stromboli, isla que muchos hemos conocido en nuestra otrora juventud por la obra de Julio Verne, no deja indiferente a nadie. Su forma conoidal, es espectacular y surge majestuosa y gallarda sobre la superficie marina. Aunque nos recibió con fumarolas, no hubo explosiones de magma, ni la lava se atisbo en lugar alguno. Fondeamos en su más que coqueta y limpia “capital”, de estrechas callejuelas en las que no tienen cabida vehículos más allá que algún otro ciclomotor o motocarro reconvertido en exótico taxi.
Henos aquí, que al anochecer, los sres Lopez y servidor de vdes. ansían conocer la villa en cuestión y previo visto bueno del almirante que accedió a nuestros ruegos, afrontamos la aventura de acercarnos a la playa más próxima con la inestimable ayuda de la ya famosa “gomona” tan servicial y útil como el querido Alysio. Pero ¡¡ay¡¡ de nosotros, el destino nos aguarda cual retorticero malandrín tras una esquina, y cuando arribamos a la playa descubrimos nuestro sino. ¿Quién tiene el “hombre al agua”? Yo no, yo tampoco, pues yo no tengo ni idea. El vil instrumento que permite la puesta en marcha del motor había desaparecido y nuestro regreso al barco, entrañaba las más razonables dudas. No hay nada que temer. Decidimos visitar el pueblo y mientras íbamos pensando en la solución, que aparecería en la misma playa que nos vio derrotados a nuestra llegada. Somos marinos y por tanto hombres con soluciones. Un cachito de plástico al que todos apreciamos y tenemos en nuestras oraciones diarias nos permitió el digno regreso a la embarcación Madre.
A la mañana siguiente (Domingo 18), llegaría la armadora después de un viaje francamente educativo sobre la situación ferroviaria italiana. La nueva tripulación esperábamos ansiosos sus llegadas para que dirimiera en una más que importante cuestión atunil, pero eso es lo dejamos para la próxima narración.
En el título figura LAMEDUSA, por favor no confundir con la isla de Lampedusa. No hemos ido a otro sitio, simplemente ha sido un juego de palabras para describiros, la existencia de medusas en todas las islas y que pertinazmente nos restringían (no impedían) nuestros baños. Han surgido diferentes comentarios, de donde viene y a donde van, porque hay tantas ahora, etc, finalmente, recurriremos al Sr. Google para ver si puede arrojarnos alguna luz sobre la existencia de tan inconvenientes compañeras marinas.

viernes, 16 de julio de 2010

Stromboli – Vulcano y otras islas






La noche de travesía rumbo sur resultó como deslizarse sobre un mar de aceite. La inexistencia de olas y el intenso azul proporcionaban esa extraña sensación, para mi desconocida.
Por fin llegamos a la Eólicas. He de decir que a mi parecer todos los dioses del Olimpo hubieron de ponerse de acuerdo para crear estas islas maravillosas. Cada una te sorprende más que la anterior, por algo nuevo y diferente a lo que habías visto. El dios Eolo puso la guinda final a toda esta creación: Islas, islotes, peñotes, chimeneas de volcán que se alzan imponentes en las aguas. Todo en una sucesión que te va sorprendiendo continuamente en el recorrido.
Stromboli apareció ante nosotros imponente. Nunca había estado aquí antes pero, sin embargo, he tenido esta isla en mi imaginación desde siempre. Desde mi infancia la había pintarrajeado ya en papeles del colegio cuando la maestra nos pedía que dibujásemos un volcán: Era exactamente este volcán el que pintaba – con su chorrillo de humo incluido -.
Aquél día algunos bajamos a tierra para visitar el “turistizado” Stromboli. Paseamos por sus angostas y empinadas calles y ¡cómo no! nos pusimos ciegos en la compra de pareos (incluso el Almirante ya tiene uno en tonos acordes con la morenez de su rostro). Todo ello tuvo su gran final con la inmersión en el mar de un servidor al intentar entrar en la gomona ¡El gran patoso en una de sus actuaciones!, al menos conseguí un lavado en agua de mar de alguna de mis ya un tanto sucias prendas de vestir.
Al día siguiente me despertó el traqueteo del motor. El Almirante, siempre alerta, había decidido poner dirección a la siguiente isla de nuestro recorrido. Ese día recorrimos alguna de las que nos quedaban por visitar y pusimos finalmente dirección a Vulcano en donde habríamos de recoger a nuevos tripulantes: Sonia, Thierry y Alvaro (marinero Lopez). Iban a ser días de cambios en la tripulación. De hecho hoy es mi último día en él. Pero antes de abandonar el Alysio ayer pude participar en otra actividad (antiguos y nuevos tripulantes la hicimos) del Alysio: La subida al cráter de Vulcano. Reconozco que fue duro, algunas de los tramos eran fuertes y yo estoy un poco desentrenado, pero mereció la pena. Las vistas del humeante cráter y de las eólicas desde allá arriba, eran espectaculares.
Antigua y nueva tripulación, reunidos en alegre camaradería, reparamos fuerzas en la noche en pizzería de Vulcano y despedimos el día con los famosos chupitos del Alysio en cubierta.
Como le pasó a Marco a mi también me da pena salir del Alysio y dejar de tener la compañía de personas con las que tanto hemos disfrutado estos días. Por supuesto con las personas que ya conocía del año pasado pero encantado por el gran descubrimiento de mujeres tan especiales como Mariaje y Maialen (espero poderos volver a veros nuevamente)
Suerte a todos a los que aún les queda la fortuna de disfrutar del Alysio y por mi parte ¡seguiré el año próximo!
Angel

miércoles, 14 de julio de 2010

El Alysio esteticien (“Primo dia” después de la gran noche)





Ayer noche disfrutamos de la victoria de la “invencible” sobre los infieles del norte tomando gelatos en terraza “ad-hoc”. Los “proflandes” tuvieron que pagarse unos helados a los “vencedores-gloria-de-la-España-Imperial-por-los-siglos-de-los-siglos-amen” (El Gran Capitan, las victorias sobre el turco, la campaña de Rusia, el gol de Marcelino y por fin … el gol de Iniesta… oé, oé, oé… que será recordado para siempre, en los anales de la historia de este nuestro sufrido país… ¡La gran crisis al carajo… es lo de menos y además no tiene ninguna importancia!)
Con la resaca de la victoria en el cuerpo, partimos de madrugada los esforzados Juanjo y un servidor hacia tierras de Nápoles, con un alternador cada uno en la mochila a atrapar el pintarrajeado – antigualla renqueante - tren que nos conduciría al triunfo. La historia es larga de contar, pero baste únicamente decir que después del primer desastre, al conocer que el experto que nos lo solucionaría había “morto” cinco meses antes y otro intento fallido, finalmente dimos con napolitano experto en estas lides que nos solucionó tamaño problema ¡Espagna campeones!, nos decían por todas partes. Alegres volvimos al Alysio.
Montósen y comprobóse que ambos alternadores funcionaban y, con gran algarabía por parte de toda la tripulación, partimos del puerto.
Nos dirigimos hacia Capri y en el viaje descubrimos una gran habilidad en una de las tripulantes (Mariaje) en algo nuevo en este año en el Alysio: Los masajes. En las fotos adjuntas puede observarse la relajación, el ensimismamiento y el “coloque” que los masajes produjeron en parte de la tripulación (el que suscribe aún no lo ha catado, aunque espera que el próximo nuevo día le proporcione satisfacción parecida) -. También se procedió a una pintada de uñas de pies, con alegres colores, en la femenina tripulación, por parte de Amaia. ¡Esto es el Alysio esteticen… salud, alegría y relajación!. Fondeamos en Capri y dormimos a pierna suelta en cala alucinante, plena de recuerdos históricos… Calígula y otros barbaros como él despeñando siervos por sus acantilados (“guay del Paraguay” – al que, por cierto, eliminamos también en la reciente-gran batalla-).
En la mañana descubrimos que había barcos mucho más grandes que el nuestro. Enormes, lujosos, excesivos… pero mucho menos acogedores que el nuestro… ¡nada de envidia! ¡No, que no… que no cambiamos!
Visita al pueblo de Capri por parte de la tripulación y salida en travesía hacia Sicilia. Veinte horas por delante y la noche que nos engulle en su espesura – no hay rastro de luna -. Los turnos de guardia organizados. Me he pedido el primero para poder escribir esto. Amaia me acompaña – en realidad es ella la que vigila los posibles movimientos de barcos, mientras que yo escribo -. ¡Qué gran suerte la nuestra!.
En la noche, atrapados por las estrellas que nos abrazan, acogen y hacen empequeñecer, el traqueteo del motor – tran, tran, tran – y la obscuridad más absoluta, el Alyisio se hace más madre-acogedora que nunca, moviéndose en un punto infinitésimo del Mediterraneo. El rumor de las aguas golpeando el casco, el resto de los amigos que duermen confiados, mi compañera que también duerme – por un tiempo hoy se ha librado de mis ronquidos -. El rumor de un mar que asusta y empequeñece… ¡La vida! ¡Qué gran suerte tenemos!.
Alysio esteticien… Alysio del Mediterraneo: En algún momento, en algún lugar de este mar … os espera.

martes, 13 de julio de 2010

¡ A por ellos...!





El grumete y Juan Fran nos dejaron ayer muy de madrugada.
Rosa y Angel (el que suscribe) habíamos llegado al Alysio la tarde anterior y todo lo habíamos encontrado como hacía un año. Allí estaban todos, más una chica muy maja que no conocíamos (Mayalen… ¿se escribe así?). Reímos durante y después de la cena con las anécdotas del Grumete, que ya ha sido aceptado en la cena con el resto de la tripulación. No sin mucha pena despedimos a ambos de madrugada en el puerto de Ischia.
Como si su marcha hubiera sido una premonición de algún desastre, natural o antinatural, inmediatamente en la mañana supimos que el dichoso alternador del año pasado había dejado de funcionar. El Almirante y Juanjo pusieron manos a la obra y el resto de la tripulación, no del todo aún conscientes de la desgracia – la inocencia del desconocimiento -, nos bañamos y solazamos en una cala invadida por lugareños con barcos motorizados que pasaban el sábado placidamente, lo que contrastaba con el sudor y las manos grasientas del Almirante y Juanjo. Decididamente no se pudo arreglar, pero lo peor fue saber que el alternador de repuesto tampoco cumplía su función. Hubimos de buscar atraque en puerto cercano para cargar baterías, pues ya estábamos un poco justos. He de decir que ante estas penurias la alegría y la buena comida no faltaron en ningún momento - ¡estamos de vacaciones! ¿no? -. Recogimos, de nuevo en Ischia, una nueva tripulante (Mariaje) y nos movimos en busca de puerto. Pudimos encontrar cobijo (y electricidad) en Baia, frente a Nápoles, aunque en principio no estaba claro que nos admitieran (¡deme algo siñurito, deme algo, qui lu hagu pur nu roba! Hoy hemos dormido aquí y esta noche lo haremos otra vez, esperando a que mañana lunes hagamos una incursión en tierras del reino de Nápoles y en algún lugar nos arreglen el – los – dichosos alternadores. Ya algunos están pensando en excursiones por los alrededores, en ferry claro. La vida del marinero en puerto es dura, ya se sabe… el aburrimiento, los múltiples vicios derivados del no hacer nada, las rencillas y pendencias…. Veremos que pasa, de momento la moral sigue alta y aún no se ha atisbado ningún intento de amotinamiento a bordo, con linchamiento del almirante y quema del barco – y del alternador – , ni nada de eso. Aún estamos relativamente tranquilos.
Ahora mismo, domingo tarde día 11, aquí, varados en puerto enemigo, buena parte de la tripulación duerme la siesta plácidamente después de la buena comida. que como siempre nos ha ofrecido Amaia, y prepara animosa lo que ha de ser el momento más importante en la vida del país de estos años… ¿si?: ¡La gran final!, que veremos en alguna de las pizzerías frente al Alysio y seguro que animados por los italianos del lugar ¿si?.
Aquí, entre la tripulación, se han organizado apuestas y supongo que, para llevarnos la contraria a los más forofos, las apuestas están repartidas. Es la historia de siempre de las dos Españas: los afrancesados y los que no, los germanófilos y los que no, los que esto y los que lo otro… ¡siempre igual!.
Hoy es: los “patrios” y los de con Flandes… ¡A por ellos… oé, oé, oe´!.

lunes, 12 de julio de 2010

Ponza infinita





Tras 24 horas de larga travesía por fin hemos llegado a la isla de Ponza. Justo en la entrada nos recibe uno de los faros, el que marca el punto sur de la misma y con una sincronización perfecta nos encontramos con el Ariadna, el barco de Emilio con el que habíamos quedado, donde además hay otros cuatro tripulantes.
Navegamos ya relajados las últimas millas juntos antes de fondear. El paisaje que vemos es precioso, el de un pueblo costero, con las casas de diferentes colores, blancos, amarillos, azules… que se van superponiendo a lo alto del perfil de la colina en la que asientan.
Emilio y Joseba se ponen manos a la obra. En la popa del Alysio despiezan nuestro séptimo pasajero, el atún que será la comida de hoy. En el proceso un gran número de gaviotas y peces se agolpan alrededor del barco en busca de los restos que vamos arrojando al limpiarlo. Que os vamos a contar de cómo estaba el atún… todos juntos reunidos comimos ese día, tan felices.
Por la tarde hemos decidido bajar las neumáticas de los barcos para ir todos a ver este bonito pueblo de la Isla de Ponza. Aprovechamos para ver la iglesia, comprar y por supuesto ver el partido de semifinales entre Uruguay y Holanda tomando una cerveza y convencidos que el ganador sería el rival de España que jugaba al día siguiente. Como es tarde, la cena ligera y cada uno en su barco… mañana nos reuniremos de nuevo todos.
Al día siguiente, 07 de julio, y desayunando todos juntos decidimos visitar la isla de Palmarola. Zarpamos no sin ver antes, en la misma Ponza, los baños romanos excavados en las rocas a nivel de la superficie del mar. En la travesía a la isla de Palmarola dimos un poco de vuelta… Juanfran iba al timón y se empeñó en demostrarnos que la distancia más corta entre dos puntos no es evidentemente ir en línea recta… no, es mejor pasar primero por Marte para aprovechar el impulso del planeta y … bueno, que nos enseñó amablemente los alrededores de la isla. Un crack nuestro querido Juanito.
Volvimos con la idea de ver el partido de España y Alemania con lo que fondeamos en el puerto y con la alegría de la victoria llevamos el barco a una bahía cercana para pasar la noche.
No había amanecido todavía cuando nos despertaron las sacudidas del barco. Era un pequeño temporal. Nos pusimos en marcha para salir de allí cuanto antes. Llamamos a nuestros amigos del Ariadna para marcharnos juntos pero tuvieron problemas con el fondeo ya que el molinete estaba estropeado. Intentaron subir el fondeo a mano pero no pudieron. No hubo otra opción que cortar la cadena y salir lo antes posible.
Todos los barcos que habíamos fondeado allí buscamos refugio en una cala cercana de la misma Ponza. Allí pasamos el día. Emilio aprovechó para las reparaciones de su barco que estaba un poco dañado. Horas después y cuando el temporal había pasado, regresamos a la cala donde habíamos pasado la noche para recoger el fondeo. Para este menester, se aplicó una táctica muy utilizada por los altos mandos: el Grumete al agua, con aletas, gafas y respiradero, agarrado a un cabo y rastreando el fondo desde la superficie en busca de la dichosa ancla que el Ariadna había tenido que cortar durante el temporal.
El ancla no aparecía pero las medusas se las iba merendando el Grumete como si fueran pan con nocilla… lástima que después le dieran un poco de gases. Al final todos los tripulante en el agua, con gafas y aletas… pero el ancla y su cadena seguían sin aparecer. En esto que se acercó un joven que nos estaba viendo a todos con los tubitos de respiración nadando y nos dijo que el ancla estaba en Capitanía y nos la trajeron.
El día terminaba y contentos por haber encontrado el ancla, fondeamos en el puerto de Ponza y cenamos todos juntos en el Alysio. ¡El día día había sido de emociones intensas! Habíamos estado tres días en Ponza entre unas cosas y otras… ¡PONZA INFINITA!

ANEXO: DESPEDIDA
Hoy día 9 de julio es el último día para Juan y para mi, el Grumete. Hemos hecho la travesía de Ponza a Ischia. Nos hemos bañado en una cala preciosa en Ventotene donde además hemos visitado el pueblo, de unos 150 habitantes y su puerto romano, precioso.
No muy lejos hemos visto, desde el Alysio, la isla Di Stefano, donde la única construcción que hay es una cárcel en su parte más alta.
Bueno, hemos llegado a Ischia donde nos esperan para relevarnos Rosa y Ángel. Me alegro de verlos de nuevo aunque para seros sinceros y ahora que estoy solo escribiendo mi última crónica en cierta forma estoy un poco triste. Juanfran y yo hemos estado 9 días fantásticos, viendo sitios increíbles por su belleza y con unos compañeros que no nos merecemos lo buenos que han sido con nosotros. Muchas gracias Joseba, Amaia y Juanjo en nombre de los dos.
Antes de terminar también quiero mandar un fuerte abrazo a Maialen, mi compañera de guardia romántica y que continúa una semana más. Ha sido un placer, Maialen. ¡DALE CAÑA AL ALMIRANTE...! Nos vemos en la próxima…
El Grumete

jueves, 8 de julio de 2010

EL SÉPTIMO PASAJERO

Cat Stevens no ha sonado esta mañana y nos hemos levantado con retraso respecto a la hora acordada la noche anterior. Lástima, la hora de "running sea", la gimnasia acuática que nos hemos propuesto hacer todos en equipo bajo la dirección de Maialen se nos ha pasado. No nos desanimamos, hemos decidido madrugar media hora más mañana y empezar con ello… no soy muy optimista pero Maialen y yo sabemos que tarde o temprano esta rutina será una de las señas de identidad del Alysio… ¡seguro!. En cualquier caso esto no nos ha impedido el baño mañanero antes de desayunar, en una cala bonita, donde se ve, no muy lejos, una playa ya con bañistas, pese a lo temprano del día.

El destino de hoy es rumbo a la península italiana, al Este, a la isla de Ponza. Desayunamos pues y ponemos rumbo Este. Son las dos del mediodía y el Almirante Joseba nos informa que nos quedan 24 horas de travesía a motor. Cada uno va pensando cómo pasará las horas.
No ha pasado mucho tiempo desde que hemos zarpado y ya estamos pensando en la comida. Como no hemos hecho gimnasia no tenemos mucho apetito, pero da igual, estamos en el Alysio y claro:
Debe usted saber
aquí se come a lo grande
haya o no haya hambre
hasta el atardecer

Aprovecho esta travesía de hoy, larga, para pedirle a Amaia que me enseñe a cocinar. Amablemente soporta mis preguntas de principiante mientras va haciendo la comida. Tocan spaguetti con carne y tomate frito casero. Fácil, me digo, creo que la receta de hoy no se me olvidará… ya veremos, aunque le dejo claro a mi compañera que no hay malos alumnos sino malos profesores…
Juanfran ha empezado a marearse. Llevamos ya unas cuantas horas de navegación y decide tumbarse un poco fuera, donde da el airecito para ver si se le pasa. La travesía continúa, no se ve tierra firme, sólo mar. Unos leen, otros echan una cabezadita… y el motor con su "run-run"… a lo suyo, rumbo este.
Estemos donde estemos los horarios son los horarios y la cena se cumple. Seguimos sin hambre pero da igual, estamos en el Alysio y claro:… bueno, qué os voy a contar…ya sabéis lo que viene…
Como nuestra travesía continuará por la noche, en la cena se establecen las guardias. Los novatos, Maialen y el Grumete juntos. La guardia: la última, LA DEL AMANECER, LA MÁS ROMÁNTICA… y los experimentados, Joseba el Almirante, Juanjo y Amaia las tres primeras, a la luz de una bonita noche estrellada… PERO SOLOS CADA UNO… así son las cosas.
Dormimos, tranquilos,…hay uno de guardia… en un segundo se oyen ruidos en cubierta…¿el Almirante…?, pero si está solo, qué pasa… en unos segundos subimos y le encontramos con Amaia y Juanjo intentando subir "algo" que ha picado en una de las dos cañas que están puestas. Por fin lo suben… unos golpes bien dados y ahí está, un atún de 11 kilos… ¡ya tenemos comida para mañana!, …aunque según se come en el Alysio no creo que dure mucho.
Son las siete de la mañana, todos duermen tranquilos porque saben que los novatos Maialen y el Grumete lo tiene todo controlado… no hay barcos en el horizonte y el SÉPTIMO PASAJERO de 11 kilos… bueno, en principio no se mueve…
Continuará…

Maialen y el Grumete.
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martes, 6 de julio de 2010

Por fin en el Alysio

Después de todo un año esperando nos pusimos en marcha para una nueva aventura en nuestro querido Alysio. Amaia desde San Sebastián, Juanfran y Marco desde Madrid. Destino, Cerdeña. Allí nos esperaban nuestros amigos esta vez.
Después del milagro de no perder las maletas en los enlaces de los aviones llegamos al barco. Rápidamente nos dimos cuenta que esa noche los más importante no iba a ser la dirección en la que iba a soplar el viento al día siguiente, ni el tiempo que iba a hacer… no, la brújula que guiaba esa noche el Alysio era … ¡ EL MUNDIAL DE FUTBOL!.
Con estas, dejamos nuestras mochilas y sin desembalar ningún equipaje nos fuimos todos juntos a tomar unas cervezas, unas pizzas y a ver a La Roja. ¡Ganamos!... y contentos con la victoria decidimos irnos a descansar después de un día duro de viaje.
Al día siguiente los compañeros se portaron bien. Nos dejaron dormir después de la paliza del día anterior. Pero amigos, debéis saber que aquí nada es gratis. El Almirante Joseba nos esperaba, tranquilo, relajado… con la templanza que da el poder, y nos dijo: "todos firmes y en silencio… hay zafarrancho de limpieza, manos a la obra". En fin, no vamos a entrar en detalles, pero fue duro. Unas horas después y con el Alysio limpio como una patena partimos, por fin.
En nuestro camino hemos encontrado un pecio. Decidimos ponernos nuestras aletas y gafas y entre hierros oxidados y pececillos hemos estado nadando un rato. Ciertamente Impresiona verlo. Se ven claramente las rocas, sumergidas sólo unos metros respecto de la superficie, con las que tropezó el desafortunado barco.
Seguimos nuestra ruta y después de unas horas de navegación encontramos una calita donde pasar la noche. Hemos cenado a la luz de las estrellas, con una temperatura estupenda y en muy buena compañía. En la cena y entre risas, hemos decidido que la tripulación y todos los que estén en el Alysio no han de descuidar la forma física y aunque todos están perfectamente fuertes y sanos, mañana empezaremos a crearnos una nueva rutina mañanera: el "running pool" o mejor dicho en este caso el "running sea"… ya os contaremos… "cuerpo en forma… mente sana…".
Es hora de irnos a dormir, pero antes cada uno aplica sus últimas rutinas… un chupito de licor, un trozo de chocolate, un vaso de leche con cola-cao…
Y yo, que os voy a decir, que estoy contento porque me han ascendido de puesto…me han nombrado "capitán de residuos"… en fin, espero que la responsabilidad del cargo no me pueda… por lo menos comeré con los oficiales.
Un saludo a todos.
El Grumete.



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viernes, 2 de julio de 2010

Abrete !Oh Sesamo!

Después de los fastos de ayer para celebrar el cumpleaños del capitán, hoy hemos arrancado hacia Porto Cervo para tener contacto con el dinero de verdad. Sigue siendo una cala bonita con yatazos y chalés al borde del agua con buganvillas y embarcadero particular. No hemos coincidido con el Lady Moura. El barco disparate de este año lucia por nombre Dilbar.

Algunos miembros de la tripulación han empezado a hablar, supongo que por falta de integración, de la cueva de Ali Baba, y a partir de ahí Jezabel ha dado titulo a la entrada de hoy

Luego nos hemos ido a fondear a una cala donde hemos comido y donde todos nos hemos bañado. Todos incluye al capitán y a servidora.

A la tarde hemos puesto rumbo a Olbia. Hemos fondeado en la isla de Tavolara donde el capitán ha cocinado un cous cous sui generis. Ahora estamos todos en cubierta tomando un chupito. Dentro hay un olor que no se como vamos a quitar a chuletitas de cordero.
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Alysio 2014