viernes, 16 de julio de 2010

Stromboli – Vulcano y otras islas






La noche de travesía rumbo sur resultó como deslizarse sobre un mar de aceite. La inexistencia de olas y el intenso azul proporcionaban esa extraña sensación, para mi desconocida.
Por fin llegamos a la Eólicas. He de decir que a mi parecer todos los dioses del Olimpo hubieron de ponerse de acuerdo para crear estas islas maravillosas. Cada una te sorprende más que la anterior, por algo nuevo y diferente a lo que habías visto. El dios Eolo puso la guinda final a toda esta creación: Islas, islotes, peñotes, chimeneas de volcán que se alzan imponentes en las aguas. Todo en una sucesión que te va sorprendiendo continuamente en el recorrido.
Stromboli apareció ante nosotros imponente. Nunca había estado aquí antes pero, sin embargo, he tenido esta isla en mi imaginación desde siempre. Desde mi infancia la había pintarrajeado ya en papeles del colegio cuando la maestra nos pedía que dibujásemos un volcán: Era exactamente este volcán el que pintaba – con su chorrillo de humo incluido -.
Aquél día algunos bajamos a tierra para visitar el “turistizado” Stromboli. Paseamos por sus angostas y empinadas calles y ¡cómo no! nos pusimos ciegos en la compra de pareos (incluso el Almirante ya tiene uno en tonos acordes con la morenez de su rostro). Todo ello tuvo su gran final con la inmersión en el mar de un servidor al intentar entrar en la gomona ¡El gran patoso en una de sus actuaciones!, al menos conseguí un lavado en agua de mar de alguna de mis ya un tanto sucias prendas de vestir.
Al día siguiente me despertó el traqueteo del motor. El Almirante, siempre alerta, había decidido poner dirección a la siguiente isla de nuestro recorrido. Ese día recorrimos alguna de las que nos quedaban por visitar y pusimos finalmente dirección a Vulcano en donde habríamos de recoger a nuevos tripulantes: Sonia, Thierry y Alvaro (marinero Lopez). Iban a ser días de cambios en la tripulación. De hecho hoy es mi último día en él. Pero antes de abandonar el Alysio ayer pude participar en otra actividad (antiguos y nuevos tripulantes la hicimos) del Alysio: La subida al cráter de Vulcano. Reconozco que fue duro, algunas de los tramos eran fuertes y yo estoy un poco desentrenado, pero mereció la pena. Las vistas del humeante cráter y de las eólicas desde allá arriba, eran espectaculares.
Antigua y nueva tripulación, reunidos en alegre camaradería, reparamos fuerzas en la noche en pizzería de Vulcano y despedimos el día con los famosos chupitos del Alysio en cubierta.
Como le pasó a Marco a mi también me da pena salir del Alysio y dejar de tener la compañía de personas con las que tanto hemos disfrutado estos días. Por supuesto con las personas que ya conocía del año pasado pero encantado por el gran descubrimiento de mujeres tan especiales como Mariaje y Maialen (espero poderos volver a veros nuevamente)
Suerte a todos a los que aún les queda la fortuna de disfrutar del Alysio y por mi parte ¡seguiré el año próximo!
Angel

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola amigos! Por fín hemos conseguido ver el blog del Alysio! Qué bonitas fotos, y qué envidia! Os enviamos un fuerte abrazo desde Valencia! Eli y Raquel.

juanito dijo...

Que estamos a 21...¡No lo paseis tan bien!!!!
Salu2

Alysio 2014