jueves, 4 de agosto de 2011
Cabo a tierra
Viernes, 29.07.2011
Otro día más, hemos amanecido en el Alysio. Ya se nos están acabando los días, cosa que nos da mucho pena porque en bastante tiempo no vamos a poder bucear en un agua tan azul y transparente en la que hay mil peces de colores, ni encontrar tan fácilmente la estrella del Norte en un solo vistazo por las noches. Tampoco vamos a poder tumbarnos al sol mientras nos salpica el agua de mar cuando navegamos… La txikillería se ha entristecido
Hemos vivido momentos geniales durante esta semana, y hemos ido a muchos sitios diferentes como Itaca o la isla de Onasis. Ayer estuvimos en Calamos, era una isla preciosa que había sido destruida por un terremoto en 1953. Fuimos desde el barco hasta la costa en zodiac, y estuvimos viendo las casas medio derruidas y la ermita que estaba en reconstrucción, después buceamos y vimos muchos peces.
Casi todos los sitios en los que hemos estado estaban plagados de erizos de mar , por ejemplo cerca de Itaca había un islote con cuevas submarinas y muchísimos peces de colores chillones, bastante impresionantes, pero había que tener cuidado con donde pisabas. También estuvimos en un varadero y vimos como limpiaban los barcos, era muy interesante aunque allí el agua no estaba muy limpia… Lo cierto es que no nos importó mucho porque justo después íbamos a visitar un nuevo paraíso con agua turquesa.
Sinceramente, se vive muy bien aquí y ninguno tenemos ganas de irnos. Y porque no he mencionado todavía los desayunos, las comidas y las cenas, esto es como un restaurante de cinco estrellas.
Cabo a tierra:
Pena que no lo filmamos.
Llegamos a la cala a última hora de la tarde, comme d’habitude. En esa franja horaria que a nuestro Kapi le cuesta reconocer que existe, simplemente porque ha pasado demasiado tiempo en Bermeo, es decir, a eso de las ocho de la “sera”.
Que p’aquí, que p’allí, varias vueltas de reconocimiento, y alguna más.
Cabo a tierra, dice el Kapi.
A sus órdenes, contesta la Txusma, y se preguntan entre ellos: oye, Txusma, y eso, cómo se hace?”.
“Ne pas paser, no pasa nada”, dice la Bego Alysia. Y continúa: “A la gomona conmigo, Kees”. Y ahí se van, con gomona y con cabo, a la costa.
Un tira y afloja de ancla, más cadena, cabo, gomona, remos, y como si tal cosa, la barca Alysia queda bien amarradita.
Ya sólo nos quedan los cabos a tierra del Nan y del Aldebarán. Dos tercios de la jugada.
Nan, callandito y sin aspavientos se coloca bien a la primera como si la fiesta no fuera con ellos.
Y Aldebarán, enfila de popa, pero el ancla se para. Horror, pavor, dinosaurio herido. Los gomoneros, Lorena et Vincent, están con el cabo en tierra pero no saben lo qué tiene que hacer con el cabo. Y esperan.
La cadena del ancla sigue sin funcionar. Y ahí salta el Kapi Alysio sin pensárselo dos veces al Aldebarán y con un poco de paciencia para dejar que enfríe ese fusible de la puñeta, echamos el tercer cabo a tierra.
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1 comentario:
la verdad es q leyendo esto le entra a una la morriña... y si a eso le sumas que cada poco pasenado por la playa veo algun velero....
y pensar q el año pasado por ahi andaba yo en un mano a mano con el Tio Emilio...
Bueno que lo sigas pasando bien. Muchos recuerdos desde la costa de UK
Alicia
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