Calor, escasez de viento e invasión de insectos. Este podría
ser un resumen de la última semana en el Alysio en su periplo mediterráneo (por
ahora)
Esta entrada así, sin más, podría llevaros a pensar queridos
seguidores de nuestro bolg, que todo ha sido un tanto desastroso. Nada más
lejos de la realidad. La tripulación del Alysio sabe afrontar todo tipo de
dificultades y hacer de la necesidad virtud.
Cada pequeño espacio de sombra ha alcanzado máximos históricos en su cotización.
La contramaestre, en un alarde de sentido práctico, se montó un refrescante baño podal, un rudimentario SPA proyecto del que hemos sugerido sea instalado a bordo.
Como podéis comprobar en las fotos, las soluciones
encontradas a algunos de los tórridos días que hemos tenido han sido variadas e
imaginativas. Unos pareítos por aquí y por allá para velar el sol y convertir
el buque en una jaima.
Cada pequeño espacio de sombra ha alcanzado máximos históricos en su cotización.
La contramaestre, en un alarde de sentido práctico, se montó un refrescante baño podal, un rudimentario SPA proyecto del que hemos sugerido sea instalado a bordo.
Los sudores de la cocina, uffffffffff, no han amilanado al equipo de giputxis que sabe
sacar unos suculentos pintxos o un delicioso tabulé con salsa de soja y
jenjibre. La nueva cocina del Alysio.
Para sudores los del guardiamarina. Cada día tiene su clase
particular impartida por el mismísimo Supremo: ¿qué es un bergantín? La
respuesta está en la botella del Cutty
Shark. Y el guardiamarina toma buena nota. Salida del fondeo a vela:
¡Quéeeeeeeeeeee…. Eso no es de mi nivel… Hala! pa proa, resoplando, mirando
fijamente el puño de escota del génova…. ¿Cómo era? Amurado a ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?
Nuestro intrépido candidato a formar parte de la
Nomenklatura ha pasado con buena nota el
examen de piloto de gomona.
Medidas contra los insectos. Han sido necesarias rigurosas
fumigaciones antes de irse al catre.
Hemos descubierto que los insectos no vienen de fuera sino
que anidan bajo la cama del salón y no paran de parir nuevos retoños. Incluso siendo
prematuros, llegan a atacar a cualquiera. Hemos aprendido que son las mosquitas
las que pican para alimentar a los huevos, así, nos hemos visto convertidos en
su plato favorito.
Con un magnífico amanecer y con la proa enfilando a Kavala
terminan mis vacaciones por estas agua. ¡Cómo me gusta navegar por el
mediterráneo! Pena de viento que no se ha prodigado. La estancia a bordo ha
sido muy agradable y como es habitual no han faltado las risas, las tomaduras
de pelo al capi y los traguitos, además de todo lo que ofrecen estos parajes.
No os librareis de mí tan fácilmente y estaré al loro del
blog donde pondré mis comentarios.
Agur. Hasta la próxima
La reporter Tribulete
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