Tras los incidentes de la noche y después de desayunar dejamos Bodrum con un agradable viento de popa, que empezó a subir y que nos obligó a refugiarnos en una cala, Kargicik Buku que parecia un lugar tranquilo. Fondeamos, comimos y a la tarde una expedición bajó en gomona a visitar la playa. Encima de la misma una urbanización grande acogía un apartahotel para alemanes con su calle de tiendas, teatro, restaurante y sus perfectos jardines. Las hamacas ocupaban la totalidad de la playa, sin dejar un hueco libre.
Nos levantamos y abandonamos la cala. Con un viento de través, un pañuelito por trapo y recibiendo algunos rociones tuvimos nuestra clase teórica sobre velas. Terminamos en la cala Çokertme en la que varios baretos tienen pantalanes caseros para recibir barcos. Después de discutir un rato y tras recordar las dos noches moviditas que llevábamos y la falta de horas de sueño, decidimos atracar en el pantalan del Kaptan Ibrahim´s que dispone del bar, restaurante, mini market, aseos, agua y electricidad todo bastante rudimentario. Los dos chavales que allí trabajan nos ayudan con el fondeo. Luego nos encontraremos con ellos en el bar y en el market donde también trabajan como camareros y dependientes.
Ibrahim no cobra por el atraque con lo que nos sentimos obligados a hacer gasto en sus locales. Cenamos en la terracita donde antes de que dijéramos nada ya tenían preparada una mesa con seis cubiertos. La dorada y el cordero que tomé estaban muy buenos.
Damos una vueltita por la bahía, fondeamos, probamos el motor, volvemos a fondear, comemos y volvemos al pantalan de Ibrahim para intentar hacer algunos ajustes en el motor. Los chavales nos reciben con la lancha y nos ayudan a atracar porque el viento nos tira la popa. Pasamos la tarde unos en el motor, otros en la playa, algunas leyendo y el mas intrepido visitando los montes de los alrededores.
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