martes, 6 de septiembre de 2011

Maldito iPhone en la semana del ajo





5 Septiembre 2011



Y yo allí, como un jili…, con mi maldito iPhone, recién adquirido, en el bolsillo de la camisa, y del que hasta ese momento me sentía orgulloso, parado delante de una cabina de teléfonos del aeropuerto de Atenas e intentando conectar con el Alysio, para saber a qué atenerme y a dónde ir. Porque esa era la triste y cruda realidad: Mi iPhone en combinación con el roaming de MoviStar no funcionaba y estaba totalmente perdido, sin saber a donde dirigirme y qué hacer. Estas son también las aventuras del Alysio, las que también se tejen fuera del barco, intentando llegar a él. La Itaca difícil de alcanzar.
Había esperado en el aeropuerto, con mi mochila a la espalda – pesadota ella-, la llegada de Begoña para ir juntos en el coche alquilado al Alysio, pero pasados 40 min del anunciado aterrizaje ya me dí cuenta de que nunca llegaría, algo había pasado, y por supuesto nadie había podido localizarme en mi maravilloso iPhone. A continuación me llegó un mensaje de Joseba (no sé como narices llegó), diciendo que el vuelo de Valencia había vuelto a tierra y que por tanto Begoña había perdido la conexión a Atenas. Después de alguna llamada por cabina, me aconsejaron no esperar al siguiente vuelo y tirar hacia el barco… 280 Km de carretera de las cuales los últimos 100 por carreteras infames. Y al final llegué, pero… ¡maldito iPhone y maldito MoviStar!
Al final, allí me estaban esperando todos para cenar, tarde, pero buena cena en buena compañía, con los que se quedaban (Joseba y Maialen) y los que ya se iban al día siguiente (Pili, Carlos y Juan).

Al día siguiente los cambios de la tripulación hechos, los que se iban y los que llegan (Begoña, Ana, Jaume y el que escribe esto), con algún retraso. Tiramos hacia el sur y trato de olvidarme del iPhone y demás zarandajas de la civilización… ¡ya estoy en el mundo del Alysio y esas cosillas dejan de tener importancia aquí!

La nueva tripulación, hemos tenido nuestra primera noche en el barco hablando del bien y del mal y de nuestros “queridos” políticos y demás gente de bien, y del paro, y de las angustias de la gente que se ve sin trabajo de un día para otro, sobre todo los más jóvenes, y de los que no pueden pagar sus hipotecas con tanta mierda envuelta, y del 15-M y de más cosas… , como el uso de las bicis en las ciudades. Realmente este grupo tiene pinta de estar muy enrollado con las cosas que se mastican en el día a día de la calle, y eso a mí me gusta y me siento muy a gusto con ellos también. Tendremos mas momentos como este. En las noches alrededor del chupito es verdaderamente facil dedicarse a estas filosofeces, que en el ajetreo de la ciudad son más difíciles
Y es que esto es lo bonito del Alysio, y esta es la suerte de Joseba y de los que pasan más tiempo aquí: La cantidad de sensaciones y de gente similar, pero distinta al mismo tiempo, que comparten sus vidas con ellos en el tiempo que están aquí, incluidos los niños que, aunque a veces le hacen refunfuñar al capi, cambian el ritmo del viaje de una semana a otra.
Y de los que, como en esta semana, apreciamos en gran manera cada puesta de sol y cada relajo en la tarde leyendo un libro y bostezando, en sensaciones que son difíciles de encontrar en otro lugar. Y el sonido del agua golpeando mientras te vas durmiendo en una arrulladora somnolencia, y el vaivén del barco que te acuna y que, quizás, abre en tu interior recuerdos de tiempos muy, muy remotos, y sabiendo que al día siguiente, antes del desayuno, te espera un baño purificador que te abrirá el apetito para saborear el maravilloso pan con tomate y orégano, especialidad de la casa. Todos habéis disfrutado de esos placeres y por eso a buen seguro que me entenderéis. Esto no tiene precio.
Y hablando de sensaciones me “huelo” (nunca mejor dicho) que esta va a ser la semana del ajo. En dos días hemos agotado todas las provisiones de tal elemento. Y es que hemos descubierto el gusto por el Ajoblanco de un servidor y el ajo-aceite de nuestro valenciano Chaume. Ansiamos llegar a puerto para comprar más y más ajos… y por supuesto el Bombay Safire que se está agotando.

He disfrutado de mi primer día en Grecia y de la calidez y simpatía de los griegos. Y también de su originalidad para resolver problemas a los que les obliga las nuevas normas y reglas de nuestra Comunidad Europea. Me recuerda un poco a la España de hace muchos años.
Aquí adjunto, en la foto, una muestra que explica esto. Seguro que les ha llegado una normativa a los bares y restaurantes para habilitar facilidades para minusválidos en los servicios de los mismos… pero… ¡horror! (valga la paradoja por la rivalidad existente) lo que ellos tienen en muchos de esto espacios son tazas TURCAS, de las de sin taza… ¿cómo solucionar tamaño problema sin grandes inversiones?... pues véase la foto adjunta… No, no es una silla de las de electrificar “people” en los USA, no, la solución es simple: es una silla de ruedas a la que se le ha practicado un agujerito en el centro y que se coloca en posición adecuada encima del plato turco… sencillo ¿verdad?... originales y prácticos que son los chicos. Ya puede decirse que tienen servicios adaptados a discapacitados, adaptado a las normas de la CE… ¡No problem!
Otro día, más

Ángel

1 comentario:

paloma dijo...

Angel aunque no te conozco personalmente me uno a ti a la descripción perfecta de sensaciones y vivencias del Alysio; que sigue surcando aguas y con miles de aventuras que contar.... y cargado de los sentimientos y sensaciones de tod@s los que hemos compartido algunos dias de nuestras vidas en él.
Nos quedamos con eso y nos olvidamos de todo lo demás por ej: movistar, iphone, baños etc.

Alysio 2014