domingo, 20 de septiembre de 2009

DE CERDEÑA A VALENCIA


“Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza. Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una imple historia ficticia. Lo dice Littré, que nunca se equivoca. Y además, que todo el mundo puede hacer igual. Basta con cerrar los ojos. Está del otro lado de la vida”.
Viaje al fin de la noche, Céline.




En un relato de Melville había leído que entre todos los hombres y mujeres los marineros son los que tienen más fuertes prejuicios, muy especialmente en torno a la cuestión de la raza. Durante la travesía de Cerdeña a Valencia pude comprobarlo positivamente. La tripulación del Alysio estaba dividida entre blancos y negros, y por mucho que a los negros nos hicieran creer que éramos como los blancos, y gozábamos de sus prerrogativas, cualquier circunstancia se podía tornar adecuada para devolvernos a nuestra condición inferior. También es cierto que para aligerar la convivencia en el barco, porque los roces eran continuos, los blancos establecieron un sistema de puntos que nos permitía compartir su mesa y su vino —el amable syrah siciliano— e incluso hablar desde el parlamento, siempre que cumpliéramos con nuestras agitadas guardias nocturnas, especialmente con calima. Nuestra forma de resistencia se expresaba a través del lenguaje: burlábamos la moral y los códigos compartidos con frecuentes disparates naúticos que terminaron componiendo un auténtico glosario, poniendo a prueba la paciencia y benevolencia de los blancos. O sea, la blancura de los blancos. Pero, más importante que eso, fue el sofisticado sistema de sabotaje que en ningún momento levantó sospechas ni en el capitán ni entre los contramaestres, y provocó un sinfín de averías en la embarcación: el alternador del motor, el equipo digital de viento, las fugas del circuito de agua, la sonda digital, los virus informáticos y unas cuántas más que ya dejaron en evidencia la vulnerabilidad del Alysio.

En todo caso, además de blancos y negros, puedo dar constancia de que también había otros seres que no eran ni blancos ni negros, sino acuáticos. Los seres de naturaleza acuática, capaces de soportar más “gés” que cualquier ser humano, no se parecían a las famas ni a los cronopios. Como su nombre lo indica, estaban dotados para pasar largas temporadas en el mar, aunque paradójicamente, no parecían ser muy expertos en la captura de pescado. Los acuáticos eran fácilmente reconocibles por su piel quemada, sus pies descalzos y sus movimientos rápidos, al estilo de los peces voladores; como diría Melville, con las cabezas bien techadas por naturaleza, casi nunca llevaban sombrero, y mucho menos del tipo “chincheta”. Su especial sensibilidad para el gobierno del barco, el manejo de las jarcias y los aparejos, contrastaba con su escaso interés por el lenguaje extra-marítimo. Por poner un ejemplo, a la Q de queso le llamaban Quebec, y a la G de Galicia Golf.

Volviendo al relato, mientras navegábamos mar adentro, donde al mar le sucede el mar, y a las olas más olas, todo ello en una sucesión de planos que exceden la circunferencia de nuestro horizonte, los acuáticos se volcaron en adiestrarnos en las artes de la navegación a vela para mayor gloria del Alysio. Las clases que, por supuesto, eran voluntarias, se intercalaban con algunas apariciones recurrentes e inexplicables de una Lina Morgan que nos devolvía tan pronto la sonrisa como la carcajada. Pero, esta ya es otra historia, la verdadera historia de la travesía con los vientos más apacibles del mediterráneo occidental.




martes, 8 de septiembre de 2009

Os cuento mi aventura marinera:
Volar siempre me ha encantado, así llegar a Cagliari (Cerdeña) fue la antesala perfecta de lo que me esperaba. En el aeropuerto me recogía Juanjo. Juntos nos fuimos al puerto donde nos esperaba un velero llamado (no "Libertad" como cantaba Perales, pero como si lo fuese) sino ALYSIO -de 14 m. de eslora-. Llegaba, pues, a lo que iba a ser mi casita flotante. Presentaciones. Camarotes. Baños...2 !!!! Una simpática cocina. Salón.....y lo mejor el exterior que era donde prácticamente pasabamos el tiempo.
Qué maravilla pasarse 24 h. mecida por el mar y dormirse acunada por las aguas........ ESTABA ENCANTADA!!!!!!!!!
Recorrimos las costas del suroeste de Cerdeña (todo en barco que tierra ya tenemos 365 días) y a navegar.Nos bañábamos en alta mar como 3 ó 4 veces al día. A veces, cuando no parábamos, tirábamos un cabo con una boya al final e íbamos los 4 (alguien se tenía que quedar en el barco ) agarrados a él hasta que nos cansábamos.
Qué sensaciones!!!!!! Sin tierra a la vista.....y qué vistas!!! Ver el horizonte en una línea circular completa es una maravilla.
Y los atardeceres por el mar.....de postal. Me emocionaba hasta las lágrimas....

Mi lugar preferido: tirada boca abajo en la proa del barco (lo d`alante vamos) asomada, como en un balcón, al agua. Y las noches!!! (a parte de más fresquitas) un planetario gigante y real.....estrellas para regalar!!!! coincidió que esa semana eran noches sin casi luna.
Hubo 3 noches que alguien debía estar despierto para hacer guardia. Unas guardias de 2h. y media cada uno....que con la buena charla y compañía las guardias se acababan solapando Y es que las noches en esa soledad y oscuridad tan inmensa dan para serenas y profundas confesiones......ay más suspiros.
La organización, sin normas, muy buena: entre los 5 que éramos nos turnábamos para cocinar, fregar, recoger,.....y llevar el velero!!!! unas veces con vela y otras -las más de las veces- a motor....pues el viento se hizo desear durante mi travesía. Qué extraña sensación de poder y responsabilidad llevar un barco puf......


Y llegamos a Cabrera, reserva natural, donde atracamos y dormimos. Como la bahía estaba muy tranquila, por la noche yo bromeaba diciendo: "que alguien mueva el barco media hora para dormirme!!!!! ".........yo creo que en otra vida he sido marinera o sirena.
Recorrimos la parte sur de Palma de Mallorca. Repostamos en un puerto y.........ay ay: nos estábamos acercando peligrosamente a Valencia.......y la pena se respiraba en el ambiente. Empezaba la cuenta atrás.
Unos 15 delfines nos guiaron durante casi 10 min., jugueteando, mirándonos, saltando........TODO UN ESPECTÁCULO!!!!!!!!!!!
Peces voladores se hacían camino sobre el mar.............
Enormes medusas destacaban entre el intenso azul. Y baños y más baños.......

Todo el día con un pareo y medio desnudos (con la cantidad de ropa que me llevé) descalzos....este es mi estado natural.....creo que acabaré en alguna tribu volviéndo a nuestros orígenes jejejejeje ............snif

Y llegamos a Valencia....las grúas, la civilización eran una agresión a la vista, un golpe rígido bajo los pies........todavía esa noche algunos la pasamos en el barco tras una cena en la ciudad.... y descubrí el mareo de tierra..........
Fin del trayecto..........snif
Espero poder repetir el año que viene y el siguiente y el siguiente......

Un beso a todos los que habeis compartido este espacio.
GRACIAS JOSEBA

sábado, 22 de agosto de 2009

De cómo sobrevivimos a la vida marítima y otras zarandajas

Al final no hubo atraque en Lípari, pero Juanjo descubrió una calita muy mona al otro lado de la isla donde estuvimos un par de noches. El fondo marino estaba cubierto por piedra pómez y tenía un color particular, que descubrió nuestras submarinistas particulares (Begoña y Laura).

Otro acontecimiento fue la preparación de sushi a bordo, que tuvo tanto éxito que hemos decidido repetirlo en breve (cuando nos den los estómagos después del empacho).

Partimos hacia Cefalú con viento fresco y llegamos al mediodía. En esos momentos te alegras de ir en barco, porque el pueblo es espectacular desde el mar y la playa está que no cabe ni una pulga. Por la tarde, nos arriesgamos a acercarnos en gomona y pronto nos dimos cuenta de que es el último reducto pirata de Sicilia: hasta los niños nos miran calculando nuestro peso en oro. Nos dimos unos cuantos codazos con los turistas para tomar una pizza y una birra y regresamos al barco (en gomona) con 3 helados (idea de Miguel). Imaginaros cómo llegamos todos y el helado….

No quiero aburriros mucho con nuestras desventuras aventuradas, pero es necesario que conozcáis los refranes que nos han acompañado toda la travesía, fruto de la sabiduría popular y de la experiencia acumulada: “el asco da confianza”, “Miguel todavía no lo sabe pero va a ir al pueblo”, “donde hay pelo, hay alegría” (como podéis ver, lo del pelo es un recurrente).

Nos habían asegurado que San Vito lo Capo (último reducto de la Mafia siciliana) era bonito, bueno y barato. Y fue un fiasco, no obstante, tras ver las reliquias del santo en una cripta de la iglesia (normanda y reconstruida) y repostar gasoil y provisiones, partimos esta vez sí que con viento fresco hacia las Egades, un archipiélago en la parte más occidental de la isla.

Pasamos de largo por la isla Formiga (privada y mínima) y recalamos en Levanza, la más al norte, en frente del cementerio, cortesía de nuestro patrón Joseba, alias capitán, alias almirante (si no le denominamos por todos sus epítetos -suponemos justamente merecidos- nos amenaza con lanzarnos por la borda). Después de la comida (frugal y nutritiva, mal que les pese a unos cuantos), desplegamos vela y nos dispusimos a recibir la primera (y única) clase teórico-práctica de navegación a vela, después de lo cual somos todos marineros con nuestros apellidos (marinero de primera Cristobal, marinero Sanchez y capitán de la gomona, marinera Alcaide y marinera Hidalgo, la que suscribe).

Por lo demás, la mar acompañó en la navegación a vela, gracias también a la sin par y polivalente Amaya, que siempre nos sorprende con nuevas habilidades y recetillas (consultar el blog para platos históricos).

Al día siguiente visitamos Favignana, la isla con forma de mariposa, tanto su castillo aragonés (la infantería subió con la fresca, a las 12 del mediodía) mientras que el grupo de caballería alquiló unas bicicletas y recorrió buena parte de la isla, siendo los pioneros en acercarse a la cala Rosa, antigua cantera y testigo de las disputas navales entre romanos y cartaginenses.

Nos recogieron en el puerto (habíamos buscado sin éxito hielo por todo el pueblo para los martinis) y luego recalamos todo el día en la calita inicial, ya que soplaba mucho viento (no me preguntéis qué viento, que la clase recibida no dio para tanto).

Al día siguiente partimos hacia la isla que nos quedaba por ver (Marittimo), montañosa y agreste, para luego iniciar la travesía hacia Cerdeña. La puesta de sol (adjuntamos foto, que no le hace justicia) una maravilla y de las mejores que todos recordábamos. Tanto es así que ha sido lo único en lo que hemos conseguido ponernos de acuerdo en todo el viaje.

El siguiente tema fueron las guardias: elegir pareja (bastante fácil), determinar los turnos (más complicado) y elegir turno (dificultad extrema… resuelto gracias a los ases de la baraja de cartas). Afortunadamente no llegó la sangre a alta mar y todo transcurrió con total normalidad…

Lo bonito fue despertarse y ¡tierra a la vista!, otra calita muy mona con vecinos interesantes que nos han tenido ocupados todo el día (somos asín de cotillas). Nos visitó un delfín y unas cuantas mantas con su prole a cuestas y para celebrar nuestra última noche a bordo hicimos sushi, regado con vino blanco y mistela (¡qué alimañas!).

Hoy ya estamos en Cagliari, hemos atracado en puerto, donde nuevamente tenemos numerosos vecinos para saciar nuestra sed de voyeurismo y una ciudad que pensamos quemar con la excusa del cumpleaños del marinero de primera Cristobal (alias Juanjo).
A partir de aquí se escribe una nueva historia……

Nueva tripulación en el Alysio (¡pobrecillos!)



Tras varios días de silencio y de adaptación a este medio acuático, los nuevos tripulantes y los antiguos ya somos como uña y carne (o, mejor dicho, como uña en-carnada). Pelillos a la mar, que diría aquel.

En suma, que tras varios aviones, autobuses y tranvía incluido, llegamos a Messina, nos presentamos en el barco, nos miraron de arriba abajo, no vieron nada raro (Miguel llevaba un alternador y eso ayudó un poco) y nos dejaron subir.

Al día siguiente y tras disfrutar de la última ducha con agua dulce (los que hayáis estado por aquí sabéis a qué me refiero), partimos rumbo a las Eólicas. Cómo podréis imaginar, hacen honor a su nombre y aunque el viento sopla de cara (o sea, de velas nada de nada), llevamos unos días donde los fondeos parecen una montaña rusa.

Llegamos a Vulcano que se caracteriza por dos cosas: el olor a azufre y por una extraña distribución de tiempos: 40 minutos en recorrer la isla en bicicleta y 3 horas para subir y bajar del volcan. Por cierto, todavía suelta fumarolas y pensamos que puede ser porque Vulcano, dios de los infiernos, todavía lleva mal lo de los cuernos de su ex, a saber, Venus o Afrodita. En fin, que los italianos son muy suyos para eso de la esposa.

De ayer destacar dos eventos, uno la sugerencia tierna y obsequiosa de Begoña al almirante: ¿Qué te parece si cojo las tijeras y te corto un poco la cabeza? (ella luego adujo que quería decir las patillas.... una vez más, pelillos a la mar). Y el otro ha sido llegar a Stromboli y reunirnos con una parejita de catalanes (Alex y Mirella) a los que el capitán, digo Almirante, invitó a cenar y que habíamos conocido en el fondeo de Vulcano (como no podía ser de otra manera, su barco se llama Cava....).

El volcán, o sea, el Strómboli, sigue activo en cierta medida y ayer noche como postre a la estupenda cena preparada por la tribulacion antigua, vimos fuegos artificiales y alguna pedorreta rojiza del volcán.

Hoy hemos partido para Lípari, estamos discutiendo si puerto (ducha, compra, cena) o fondeo (libertad, mar abierto y olas) y mientras el Almirante se ha dejado por fin cortar... el pelo y no sólo las patillas (en próximas ediciones ajuntaremos foto testimonial de su nuevo look).

Si más que contar, salvo que es el primer día que no me he mareado y feliz por tener un camarote para mí sola, me despido temporalmente. Acabamos de llegar a Lípari y voy a ver si me entero de algo de eso de las maniobras de atraque.

Maite

miércoles, 19 de agosto de 2009

Adiós al Adriático





Tras desembarcar Marga y Jose, dejamos el río Krka para dirigirnos a la isla de Solta, donde se subieron a bordo Ana, Ignacio y Nacho. No sin antes degustar un delicioso arroz meloso preparado por los Pineda.
En los últimos días de navegación por Croacia el Alysio conoció nuevos lugares como el SW de la isla de Bra, las islas Pakleni, la ciudad de Hvar desde fuera, (imposible atracar o fondear), la bahía de Vela Luka en la isla de Korcula y revisitó la ciudad de Korcula, Polace en el P.N. de Mljet, y, claro, Dubrovnik.
En esta ciudad nos despedimos con una cena de la tripulación del Luna, y del marinero López, que pasó unos malos días al quedarse sin viaje de vuelta por quiebra de la compañía aérea, hasta que encontró una alternativa.
La burocracia croata nos volvió a sorprender enviándonos a hacer la emigración a una pequeña localidad, Cavtat, que al menos tenía su encanto e hizo más agradable la espera.
Tras unas pocas millas más costeando, entramos en la bahía de Kotor (Montenegro), a cuya fortaleza, para continuar la costumbre, ascendió de buena mañana la nueva tripulación.
Ya era momento de partir, Sicilia nos llamaba, y de nuevo nuestro amigo el alternador busca el protagonismo. Después de llevar días trabajando mal dice que hasta aquí, y que no hay más amperios. Establecido el plan de emergencia (traer el alternador antiguo desde Valencia) y las medidas de restricción: sin piloto automático, sin nevera, sin ordenador, con luces portátiles…, emprendimos la larga travesía que tras 3 noches de mar en calma nos llevó a Messina.
Allí el bueno de Miguel llegó con el alternador, y sin facturar equipaje; a cambio de dejar todos sus modelitos de verano en casa y tener que estar casi todo el tiempo en gayumbos. ¡Gracias!

martes, 11 de agosto de 2009

La isla de Skorpios puede ser suya

Una de las islas que mas me gustó de las que ví este año en Grecia, fue la de Skorpios. Pequeña pero muy bonita. Y con mucho glamour. Onassis la adquirió al estado griego en 1963. Allí vivió con Maria Callas, se casó con Jackie Kennedy y enterró a su hija Cristina.
Pues bien, la nieta de Onassis e hija de Cristina, Athina, ha puesto Skorpios en venta por 110 millones de euros, al parecer cansada de los gastos de su mantenimiento que cada año rondan el millón y medio de euros.
Así que si se animan podemos abrir un escote para ver hasta donde llegamos. Seria una estupenda base para el Alysio en el Mediterraneo.

sábado, 1 de agosto de 2009

Split-Skradin, 5º día (Del agua dulce, del agua salada y del agua salobre)








Bien amigos, esto llega a su fin. Mañana nos desembarcamos de este periplo. Voy a ir terminando porque al final no he visto ni una cala, ni una catedral, ni un museo, ni nada. Todo el día pegándole a la tecla.
Mi resumen iba a ser breve y he terminado al estilo Joseba. Todo se pega.
El lugar del fondeo es precioso a la luz del sol. Hemos ido de menos a más, seguro que es una táctica habitual (preguntaré a otros tripulantes que nos hayan precedido) Hoy la flota Adriática se dirige rumbo a Sibenik que está en la desembocadura de un río (concretamente el Krak, lo acabo de ver en el Adriatic Pilot) La idea es remontar río arriba hasta donde se pueda (hasta el último puente que dé de sí) Exactamente hasta la localidad Skradin (que bueno que es esto de tener el Pilot)
Lo más extraño del día va ser el contaste entre bañarse en el mar y en el río. Sobre todo porque hoy toca ducha-ducha para toda la tripulación (salvo, tal vez, el almirante) Vamos a aprovechar que estaremos en el río para lavarnos la cabeza y pegarnos un enjabonadita. El aclarado, directamente en el río. Quien nos ha visto y quién nos ve…
Antes, hay que desembarcar en Sibenik para aprovisionar y hacer alguna gestión. También para ver la catedral y sacarle una foto. Porque, la verdad, una foto tiene. Hasta es bonita por dentro. Además, hay pocos turistas (creo que sólo nosotros y otra pandilla de españoles) y casi tenemos sensación de descubridores de las Américas.
Lo de meter la compra en el barco sin que el almirante atraque es de ver. Ahora me hago una idea de cómo fue el embarque de Juanjo. Consiste, básicamente, en que el capi va haciendo pasadas cerca de un muelle, a marcha semi-lenta, y los tripulantes nos dedicamos a encestar las bolsas de la compra sobre la cubierta. Hay que evitar que ninguna se caiga al mar (puro garantizado), que los huevos lleguen enteros (extra bonus) y ser lo suficientemente ágil para subirte sin pegarte un morrazo. Las razones por las cuales el almirante no atraca como es debido no las sé, ni las cuestionaré. Si que lanzo al ciberespacio esta reflexión: Como se le caiga alguien en una de éstas, yo le metería un paquete…
Este va a ser el último párrafo de mi relato. Creo que he sido un poco injusta con el marinero López y le he juzgado un tanto a la ligera, pero ya no me da tiempo a re-escribirlo todo de nuevo. Lo que creí peloteo al almirante no es más que su natural buena disposición con la humanidad mundial. Es un tipo que piensa que el ser humano es bueno por naturaleza y él un claro ejemplo de esta afirmación. Un pastor de almas. Choca eso cinco, López y al pasado, pasado. Al resto de la tripulación, a los que han venido y a los que vendrán, que los vientos os sean propicios. Ha sido un placer.

Marga

Split-Skradin, 4º día (El almirante se baña. Por mis…)






Ya estamos totalmente acoplados a la rutina marinera: salimos del sobe para tirarnos de cabeza al mar (un sistema rápido para quitarse las legañas), usamos agua dulce sólo para lavarnos los dientes (1 vez al día y sin que nos pille el almirante), nos ponemos algo de ropa cuando tenemos a los del Luna a la vista (para no dar mala imagen) y otras pequeñas normas no escritas que rigen el día a día del Alisio y que es mejor aprender cuanto antes, si no quieres recibir collejas y escarnios.

Esta noche me ha costado conciliar el sueño, no porque me hubiera pasado el día haciendo el perro entre siesta y siesta, sino porque trataba de urdir un plan infalible para que se bañara el almirante. Sabía que no podía contar con nadie más: José no se mete en líos (total, por 5 días que más me da, no me siento junto al alerón y ya está), el marinero López, no sé, sin ánimo de cotillear, me parece un poco trepa y no me fío del todo de él (es sólo una impresión, pero…) Desde que lo degradaron (la historia de porqué, ni la sé, ni me interesa) para mí que sólo tiene un objetivo: recuperar su viejo status. Begoña, está en una posición muy incómoda: ser armadora y almirante consorte a la vez la obliga a ser muy hábil y a nadar entre 2 aguas. La admiro mucho. Y también me da pena, la verdad. Amaya, es parte del mando y nunca formaría parte de un motín, salvo en caso de absoluta fuerza mayor. Creo que lo del baño no entra en esa categoría, por desgracia. Así que estoy totalmente sola para esta empresa. A mí, la verdad, que me degraden y todo eso, me la sopla. Además, me quedan de estar aquí sólo un par de días. Pero lo que olor a sobaco es que me puede…
He llegado a la conclusión que lo mejor es la acción directa y el ataque por sorpresa. A pesar de todas sus taras y chaladuras, Joseba tiene alguna virtud: es un oficial a la antigua y seguro que no permitirá que una pobre chica desvalida (yo) sufra ningún daño. Mi plan es simple y decido entrar en combate sin más: Me tiro al agua con unas cangrejeras y, súbitamente, una se me sale y se va hundiendo lentamente. Intento recuperarla desesperadamente, pero, mi capacidad pulmonar es tan escasa que no bajo ni medio metro. Joseba me ve tan desvalida que, ni corto ni perezoso, se quita el bañador (con esta parte no contaba yo, es un daño colateral menor) y se lanza al rescate. Misión cumplida. Cangrejera recuperada. Almirante al agua. Bien.
De todo, lo mejor ha sido la mirada que me ha dedicado Begoña. No ha hecho falta hablar. Entre nosotras debemos ayudarnos. Solidaridad femenina.
El resto del día lo pasamos navegando por las Pataki (islas de) Nada que ver con su tocaya la famosa actriz-pibón: sin glamour, sin paparazzi, sin chiringuitos marchosos. No es que sean feas, ni nada. Tienen, también, una foto, sobre todo desde el aire. Pero sí dan un poco en secas y áridas. Lo que más nos alucina es que a pesar ser unos secanos tremendos, llenos de piedra y poco más alguien se ha dedicado a hacer miles de lindes con pedruscos. Yo creo que Iker Jiménez o Jiménez del Oso tendrán alguna explicación lógica a tan extraño fenómeno, pero a nosotros no nos acaba de cuadrar. Igual es la forma que los paisanos tienen de pasar el rato, porque mucho más que hacer tampoco hay.
La guía Michelín recomienda hoy: Cordero moruno estilo Amaya.
Ya he hecho algunas breves referencias al tema culinario que se lleva en el Alisio. Los que me hayan precedido saben que el nivel es alto. A los que están por venir, sólo les diré que lo de la manduca es cosa seria. La encargada de que esto funcione como un reloj suizo es la sin par Amaya. Es verdad que (casi) todos colaboramos en tareas de pinche o labores auxiliares, pero el alma mater de la intendencia y todo lo que conlleva es, sin duda alguna, Amaya.
Sin extenderme (más) quiero dejar constancia del cordero moruno estilo Amaya que nos ventilamos en medio del parque natural de las Pataki. 2 palabras: IM PRESIONANTE. (Hay un tuper en la nevera, para el que quiera constatar mis afirmaciones)
El día transcurre plácidamente entre baños de mar y de sol, vermuses, birras, siestas…
Después de nueva bronca con los guardabosques del parque (y pagar ½ entrada tras el regateo de rigor) nos dirigimos a nuestro fondeo nocturno, pasando antes a recoger a Juanjo que venía a re-engancharse a la tripulación, tras unas merecidas vacaciones. Me cuentan que la maniobra para subirlo a bordo ha sido digna de una peli de James Bond. Pero como me tienen aquí, castigada dándole a la tecla sin descanso, me la he perdido.
Después de una frugal cena, copas, chocolate, otros vicios varios, contemplación de los astros celestes y charla distendida, nos vamos al sobe. La noche es joven, pero nosotros, no.
El Joseba se ha bañado. No me deis las gracias, ha sido por pura super-vivencia. Pobre Begoña.

Marga

Split-Skradin, 3º día (De cómo la tecnología punta es inútil si falla lo principal: Sentido Común)








Esta mañana he abierto sólo medio ojo cuando me ha parecido que levábamos anclas y movíamos. Poco a poco soy capaz de aguantar en el sobe aunque entre el sol por la escotilla. Creo que el haber descubierto que hay una especie de persiana que tapa el tambucho también ayuda.
Después de un rato muy cortito, hemos vuelto a parar. Qué raro. Venga, voy a levantarme a ver qué se está tramando. Acabáramos! Nos hemos ido por patas de nuestro fondeadero nocturno para evitar pagar el impuesto revolucionario que exigían los piratas de la marina de Trogir. Se me olvidó comentar que ayer ya intentaron pegarnos el sablazo, cosa que muy hábilmente consiguió evitar el marinero López (se le nota que está haciendo méritos para recuperar el puesto que tenía antes de su humillante degradación y no pierde ocasión para colgarse alguna medallita ante el almirante)(Y parece que no le va del todo mal, de hecho, ya ha vuelto a comer con todos nosotros)(Aunque, en el fondo, me da la impresión de que el almirante lo está utilizando)(Voy a dejarme de incisos sobre este tema. Cierro los paréntesis)
El caso es que parecía que estaba clarísimo que acabado el desayuno saldríamos en formación las 2 naves rumbo a las Pataki, pero después de un buen rato esperando a los hermanos Pineda, por aquí no ha pasado nadie conocido. Y digo yo ¿para qué tanta tecnología si después, para algo tan simple como quedar para salir, hay que saber física cuántica? A bordo hay 2 ordenadores, un GPS, antenas, varios móviles de última generación, radio, todos los programas informáticos inimaginables… un arsenal de cachivaches con los que se podría montar una red de alto espionaje… y luego va, y se olvidan de quedar (o peor, quedan pero no se entera ninguna de las 2 partes de cómo) y ya no hay forma de arreglar el entuerto.
¡Qué me aspen si lo entiendo! Es más, durante un buen rato no ha habido forma de comunicarnos, cuando uno lo intentaba por radio, el otro estaba en una frecuencia diferente y cuando lo intentaba por móvil, no había cobertura, o saldo, o no nadie lo oía.
Visto lo visto, alzamos el vuelo y nos lanzamos a la persecución de nuestro querido compañero de viaje. Ellos, por su parte han puesto la directa para alcanzarnos a nosotros, pensando que les llevamos ventaja y varias horas de navegación.
Menos mal que el rumbo estaba claro y ambos íbamos en la misma dirección, sino ya me veía peinando isla a isla la costa buscándoles.
Arreglado finalmente el malentendido, hemos llegado al fondeadero de la isla de Zirje donde el Luna llevaba ya unas cuantas horas. Un lugar idílico y más acorde a lo que esperábamos encontrar por estas latitudes: una bahía en forma de rodaja de sandía, un pequeño puerto, árboles hasta el borde del mar, aguas transparentes y las ruinas de un pequeña fortificación en lo alto de un montículo que nos han lanzado su irresistible grito para que fuéramos a su conquista.
El baño ha sido espectacular y la comida, muy acertada, equilibrada y riquísima. Esta Amaya vale su peso en oro.
Tras la siesta reparadora, algunos hemos querido bajar a estirar las piernas (la llamada de las alturas, ya sabéis) En tierra, lo que parecía un islote semi-desierto desde el barco se ha convertido en una islilla con algo más de entidad, con su Konoba en el puerto y todo.
José y yo nos hemos lanzado a la exploración terrestre recorriendo caminos que se alejaban, al menos, 3 ó 4 kilómetros hacia el interior (lo hemos visto en un cartel explicativo) Nosotros nos quedamos como a medio camino. Luego, hemos andado sobre nuestros pasos, como los navajos, para no dejar huellas y regresado al Konoba que, por cierto, tenía bastantes parroquianos. Un camino parecía subir hacia las ruinas y en un punto, no lo hemos visto claro y hemos vuelto sobre nuestros pasos. Hemos perdido la senda. En el Konoba hemos encontrado a las chicas del Luna que nos han convencido para volverlo a intentar y hacer cumbre, por las vistas. A la 2ª ha sido la buena y objetivo cumplido. Valía la pena (y el camino, para embarazadas y casi imposible de perder)
De vuelta al Konoba, nos encontramos con el marinero López y la armadora Begoña que también quieren dar una vueltita (corta, en 10’ se hace de noche) y les aconsejamos ir hasta las ruinas. Pasan educadamente y se dirigen, atraídos magnéticamente por el olor de unas brasas, a echarle un ojo al ya famoso Konoba. Regresan con los ojos iluminados por lo que han visto y tentándonos para cenar a la fresca una parrillada. Nosotros somos fáciles y nos dejamos tentar. A los que hay que convencer es a la sobrecargo Amaya y el almirante Joseba y son duros de pelar. Vamos, que no lo consiguen.
La cena consiste en un hervido (bollit valencià de bajoqueta i credeilles, sense seba) O en unas vainas al estilo almirante. Según quien lo coma y quien lo cocine. Se ve que sobre este tema ya ha habido polémica y no entraré al trapo.
Después de un rato de sobremesa, copas, vicios varios, conversación inteligente y un cielo espectacular (vemos, al menos, 2 estrellas fugaces) al sobe. La noche es joven pero nosotros, no.
El guarro de Joseba sigue sin ducharse ni tirarse al agua. Yo no quiero hacer sangre, pero este tema me preocupa. Eeeehhh,hay alguien en el ciberespacio??? Decid algo, joder. Pobre Begoña.

Marta

Split-Skradin 2º día (En marcha!!!!)








En la marina ACI no se duerme mal, es tranquila y no hace mucho calor. Pero, en cuanto que el sol se mete a plomo por la escotilla de nuestro camarote (como a las 7 o cosa así), imposible seguir en el “sobe”. Arriba. Eso de madrugar tanto en vacaciones no está nada claro. Me lo prohíbe mi religión y mis principios. La cruda realidad siempre se impone: con tanta luz yo no consigo seguir en brazos de Morfeo. Manda huevos!!!
Eco de sociedad:
Ayer se unió un buque amigo para andar por estos mares haciendo pandilla. Se trata de un velero alquilado para un par de semanas por Pere y Vicent y sus chicas. Para detalles técnicos sobre la nave alquilada, consultar con un entendido.
Yo os hablaré de su tribulación.: Pere y Vicent Pineda, hermanos y capitanes al alimón, Vicenta y Albertina sus mujeres (no estoy segura si respectivamente) y dos amigas de éstas, Carmen y Tere. Los hermanos Pineda son, según nos cuentan, 2 avezados marinos con muchas millas sobre sus espaldas. Al parecer este año han convencido a sus encantadoras esposas para que les acompañen en su periplo adriático (algo que no ha sido nada fácil y que ha requerido grandes dotes de persuasión)
Fuentes bien informadas nos han proporcionado una copia del plan de viaje. A saber: ellos 2 y sólo ellos 2, compran, cocinan, friegan, recogen, llevan el barco, limpian, preparan los aperitivos y los canapés, organizan el show nocturno, tocando la armónica y la pandereta… Bueno, tal vez exagere un poco (lo del show nocturno no está contrastado)
Algunas pasajeras del Alisio nos estamos planteando el cambiarnos, pero ahora justo hay overbooking. Tal vez el año que viene.

Fin del eco de sociedad
Democráticamente se decide que el primer destino de la flota va a ser Trogir. Joseba insiste que es un escenario de cartón piedra sin interés etc, etc… pero pasamos de él.
Después de reponer de ricas viandas nuestros navíos (por cierto, el mercado de verdura de Split está muy bien y tiene un montón de paradas de frutas y verduras) partimos rumbo al norte (creo)
A eso de la hora de comer (hambre ya empieza a hacer) el alto mando tiene a bien recompensarnos con un fondeo para el baño refrescante. Chof, qué rica! Y nada más nos subimos y en cuanto que apenas nos secamos, ya está la comida lista. A esto le llamo yo organización. Se nota la experta mano de Amaya. Tal vez la capitanía del Alisio no esté a la altura de la del Luna, nuestro hermano marinero (cuyo sobrenombre es Les Reines de l’Adriatic) pero se come de narices. Y cuando toca.

Partimos y nos dirigimos a Trogir, no sé dar detalles de rumbo ni distancia. Pa’eso soy negada.

La entrada de la bahía de Trogir tiene un astillero cochambroso más feo que pegarle un padre. El pueblito es mono. Mono de feria o de circo, quiero decir. A pesar de que Joseba nos lo había advertido (esto negaré haberlo dicho) puedo decir ahora que su posible encanto queda totalmente eliminado por las hordas de turistas comiendo helados que no hacen más que dar vueltas sobre un eje imaginario. Un agobio. Un coñazo.

Aún así, fondeamos en la bocana para hacer noche. Otra ya no nos cabe. Mañana nos dirigiremos al parque natural de las islas Pataki, o algo así, y no va del todo mal.
Cenita a bordo, copa, charla distendida y sobe. La noche es joven (y estrellada) Pero nosotros, no.
Que yo sepa, el capitán tampoco se ha duchado (ni lavado) hoy. Pobre Begoña.
La pregunta que lancé ayer al ciberespacio debe haber salido de la vía Láctea porque no he recibido ni asomo de respuesta. Hoy además, lanzo una nueva propuesta: ¿Para cuando la creación de un grupo de presión que obligue al almirante a lavarse el alerón? Se admiten todo tipo de sugerencias.

Marga

Split-Skradin, 1º día (Toma de contacto)




Julio, Año de nuestro Señor de 2009 (no me acuerdo del día exacto)

Aquí la marinera Marga haciendo un breve resumen de nuestra singladura a bordo del Alisio (esto… se escribe ¿con “y” o con “i? lo he visto de las 2 formas… Lanzo esa pregunta al ciberespacio…)
Me presento: Soy Marga y he llegado con mi chico, José Enrique (a partir de ahora sólo José) hasta Split para unirnos a la tripulación del Alisio. Nuestro nexo de conexión con tan famoso navío es la armadora Begoña que, años ha, estudió algo de ciencias con José.

Puede que José y yo consigamos un record este año: el de la menor permanencia a bordo, menos de una semana. Lanzo esta duda también al ciberespacio…

El capitán Joseba, ascendido misteriosamente a Almirante, nos recibe con los brazos abiertos. Lo de misteriosamente lo digo porque no estamos del todo familiarizados con la gran familia Alisíaca (valga la redundancia) y desconocemos gran parte de su historia (qué atrevida es la ignorancia)
Lo mismo, el resto de su panda: la armadora Begoña, la segunda Amaya y el marinero López. A primera vista, parecen todos buena gente. No hay parches, ni patas de palo, ni loros tuertos, ni cadenas sospechosas. Es más, el barco está como los chorros del oro, impoluto y resplandeciente. Luego nos enteraremos que la mañana ha ido de zafarrancho de limpieza a saco. De la que nos hemos librado…(Por algún comentario que se le escapa al marinero López por lo bajini, aquí hay que estar espabilado en el arte del escaqueo o mejor que te hubieras quedado currando en casita)

Joseba nos explica a su manera cómo funciona este tinglado. A su manera, ya lo sabéis, es breve y concisamente, dando la información justa y necesaria (Lanzo una propuesta al ciberespacio: ¿No sería posible que junto al juego de cama asignado se entregara un paracetamol o similar a los recién llegados? Falta hace)

Después de un sencillo y a la par, suculento y nutritivo almuerzo y la imperdonable siesta, parte de la tripulación nos dirigimos a descubrir Split. Concretamente Álvaro (marinero López), José y servidora. Joseba nos previene de lo que vamos a encontrar. Es más, nos previene de lo que vamos a encontrar en cualquier parada que hagamos desde ya mismo y a lo largo de la costa croata: ciudades de cartón-piedra rollo Disney Word y muuuuuuuuuuuuuucha peeeeeeeeeeñaaaaaaaa (joder, estamos a finales de Julio, qué querrás)

No nos dejamos convencer y optamos por verlo con nuestros propios ojitos.

Hombre, la verdad, lo de Split es algo raro-raro. Incluso queda bien y tiene alguna foto. Pero, bien pensado, es una aberración urbanística remontada a la época de los romanos (si es que está todo inventado) Todo el centro gira en torno al palacio que se mandó hacer un tal Diocleciano por el 3?? algo. Después, el que ha ido llegando, le ha metido lo que le ha parecido, sin contarse un duro: una catedral, una torre, un barrio, un palacio, un McDonald´s…. Siguiendo la tendencia, lo extraño es que el homo-urbanitas del siglo XXI no haya metido-aún- su zarpa y le haya dado a la autoridad competente por encargarle a Calatrava un edificio de diseño en medio de la plaza principal (al feo, que es, de los 2 hermanos el que es, además, un arquitecto cojonudo)

Nosotros, José y yo, sentimos una irresistible atracción por subir a las alturas: ya sea una torre, un risco, el campanario del pueblo… No sé porqué, pero así es. Así que, a la que llegamos a Split, allá que nos lanzamos a subir a la torre de la catedral, previo pago de 15 kune. El marinero López nos sigue, poco convencido. Es más, llega a lo más alto con un color de cara un poco mosqueante. Como no tenemos mucha (ninguna) confianza con él., lo miramos de reojo de cuando en cuando, rezando para que se le bajen las pulsaciones y recupere el resuello. Le cuesta, pero al final se recupera. Uff, menos mal…

Decendida la torre, damos vueltas por la maraña de calles y recovecos de lo que fue el palacio y cuando nos percatamos de que hemos pasado 3 veces por el Calcedonia y 5 por la tienda Aqua nos convencemos de que ya está todo el pescado vendido y que podemos dar por concluida la visita turística. Mejor buscar una terracita para la birra de antes de cenar, mientras esperamos al resto de nuestra tripulación.
Cuando al fin llegan, nos alargamos hasta la pizzería que recomienda nuestra guía (la Anaya) que nos mola más que la pizzería que recomienda la guía del marinero López (la Lonely Planet). Eso sí, ambas son las que hacen “las mejores pizzas de la cuidad”
La verdad, es que están bastante apañadas. Pagamos y al “sobe”
La noche es joven pero nosotros, no.

Que yo sepa, el almirante no se ha duchado hoy. Pobre Begoña.
Otra duda que lanzo al ciberespacio: ¿Cada cuantos días se lava el almirante?

Marga

jueves, 30 de julio de 2009












Venecia, increiblemente coincidimos con la gran fiesta del Redentor, disfrutando de un gran espectaculo de fuegos artificiales presenciados por cientos de barcos fondeados en el Canali di San Marco, espectáculo este, que sirvio par aliviar la perdida a bordo de la afamada Quinta del Brócoli y también la perdida de nuestro querido alternador (y van.....)
Pero no hay mal que cien años dure, incorporandose a la expedición los Comandantes Tudanca y Del Hoyo, pareja universalmente conocida por ser el terror de los alternadores descarriados asi que, después de improvos esfuerzos en reconducir por el buen camino la esquiva voluntad del anteriormente referido trasto, la algarabía vuelve a bordo al comprobar que voltios, ampérios, reostatos y demás criaturas del universo electrónico deciden seguir acompañandonos en nuestro periplo hacia aguas Adriaticas (Resumiendo; volvemos a tener nevera) ¡¡ Gracias Tudi y Carlos !!
No quiero contunuar este relato sin hacer mención a la abnegada marinería que presta servicio a bordo, radaristas, jefas de maniobra, jefes de maquinas, oficiales de sentina, la entusiasta grumetería y un sin fin de cargos siempre dirigidos por el sin par Joseba "Nelson" Iparraguirre mas comunmente conocido por las tascuchas portuarias como El Almirante. De como se obtienen los distintos cargos a bordo ya me referiré en otro momento pero baste decir que, como uno no ande vivo se le degrada en un santiamén y si no, repare el lector en mi depauperada carrera como marinero, que empezando como oficial de radar fuí degradado a asistente de sentina, y de ahí a vulgar gaviero, ahora parece que la Jefa de Cocina Amaya me acepta como humilde marmitón (consultese el termino en el diccionario)
Pero en este punto, el abnegado lector, querrá saber de las idas y venidas del Alisio. Ya hemos, mencionado la dilatada estancia en la recoleta Venecia, pero las ansias de conocimiento mundano de la tripulación no tiene limite así que decidimos ir a Murano, excursión no exenta de difulcutades debido a los angostos canales por los que el Almirante nos condujo. Finiquitada nuestra visita a Vencia ponemos rumbo a la croata peninsula de Istria, arribando a la localidad de Rovinj sobre las cuatro de la mañana, diligenciando los farragosos trámites de entrada en el pais a primera hora de la mañana. Aprovechamos la estancia para recorrer las abigarradas calles plagadas de edificios de claras reminiscencias venecianas. La localidad está coronada por la iglesia de Santa Eufemia, martir llegada hasta aquí navegando en un sacófago de piedra (aprecie el lector la moraleja de que el que no navega es por que no quiere) Antes de abandonar Rovinj tenemos que lamentar la perdida de dos miembros del Alisio, a saber; el primer oficial de puente Juanjo, que se toma unas merecidas vacaciones y nuestro entrañable amigo Jack (de los Daniel´s de toda la vida)
Aflijidos por las anteriormente mencionadas perdidas nos dirijimos a Pula, ciudad conocida por su excelente anfiteatro romano. Aquí seguimos disfrutando de esa costumbre local tan arraigada que un anterior interviniente en este blog ha venido en denominar como algo similar a "lecrujoalturistaporquesi" teniendo que pagar por fondear. Después de la preceptiva visita turistica y avituallar la depauperada despensa del Alisio decidimos ir en busca de esa calita paradisiaca donde dar paz y sosiego a nuestro espiritu, así que nos ponemos manos a la obra en la que la grumetería colobora halando cabos, izando trapos y gabias, disponiendo tangones, cazando amantillos, brazas y retenidas, menesteres en los que se emplean con gran entusiasmo (vease 4ª foto adjunta) que nos conduce a la Isla de Ist. Es en este punto donde la oficilía del barco da muestra de su abnegado compromiso con la empresa que nos ocupa, asi que ni corto ni perezoso el Comandate Tudanca decide que hay que recomponer la maltrecha antena de radio baqueteada por las mil y una singladuras del Alisio, antena, que como sin duda el abezado lector sabe, esta en lo mas alto del palo. Concluidos los trabajos, el hasta ahora, confiado Almirante tiene que hacer frente a un conato de motín por la falta de hielo a bordo con el que acompañar los vermuses vespertinos, así que decide, en un intento desesperado de aplacar los ánimos, se dirige hacia la localidad de Mali Losinj donde encuentra hielo en la gasolinera local salvandose provindencialmente, al igual que Colón cuando llegó a San Salvador (vamos, que se salvo por la campana)
Una vez reconciliadas marineria y oficialia, sin duda ayudados por ese fantastico juez de paz llamado Martini fondeamos en una "tranquila" cala donde pretendemos dormir, pero el dios Eolo y el dios Neptuno no se pusieron de acuerdo para la ocasión soplando el primero de un lado y el segundo metiendonos olas por el través por lo que disfrutamos a decir por uno de nuestros grumetes (lease con mucho énfasis) "Por Dioosss, ha sido la peor noche de mi vida"
Ante la desigual lucha del Alisio contra estos dos disciplentes dioses olímpicos decidimos que seria negocio mas provechoso proveerse de la proteccion de Ra, dios del sol, mas comunmente conocido por Lorenzo, asi que levamos anclas muy temprano para dirigirnos a Molat donde fondeamos junto a un humilde jabeque, que portaba en su cubierta un helicoptero, adminiculo este, que sin duda, El Almirante esta considerando añadir al Alisio. Habiendonos solazado suficientemete por Ra, volvemos a comprobar que la voluntad de Eolo sigue siendo esquiba para nuestra empresa, asi que "viento en proa a poca vela" nos dirigimos a las aguas ya surcadas anteriormente por el Alisio; Las Islas Kornati, a las que accedemos por un angosto canal, despues de la preceptiva "paradabañovermú" recorremos rumbo sur el entramado isleño de este parque nacional, en el que ¡como no! el tan cacareado crujoalturistaporquesí sigue teniendo plena vigencia. Ya he mencionado a Eolo y su tornadiza voluntad, voluntad que cambia sin ton ni son, que para eso es un Dios, asi que nos concede una vivaracha brisa que nos acerca a la monumental ciudad de Split en donde el Alisio recala para un nuevo cambio de tripulación. Continurá............
Marinero Lopez

martes, 21 de julio de 2009

Almirante Joseba

Todas y todos sabeis del valor y pericia de nuestro Almirante. Quizas algunos penseis que su trayectoria y experiencia se han labrado en el mundo de la navegación deportiva.

No. El pertenece a la autentica raza de los marinos. A la autentica estirpe de tritones. Su discrección no nos ha permitido conocer su alma profunda. Es hora de romper ese silencio. Creo que al documento gráfico le sobra cualquier palabra.

Almirante, desde el aprecio y el cariño mas profundo.

domingo, 19 de julio de 2009

Ciao bella



La quinta del brócoli ya esta de vuelta en España, pero debido al éxito de la actualización anterior no podíamos demorar más las nuevas noticias.
Alex y yo nos hemos vuelto preocupadas porque mamá y papuchi parecen estar pasando una crisis de pareja, de hecho Juanjo se va hoy a la montaña para aclarar ideas. Entre tanto mamá amenaza con traernos una negra, dice que los hombres ya no tienen secretos para ella, asi que va a explorar nuevos horizontes.
Temas familiares a parte el jueves por la tarde nos despedimos de los croatas con un mojito en la mano y organizamos las guardias. A eso de las 6 de la mañana entrábamos en Venecia. Después de dar un paseo turístico atracamos en el puerto de Sta. Elena y la quinta del brócoli bajó a tierra.
Agotados por el calor, indignados por los 6,50 euros que cuesta el vaporetto, entristecidos por nuestra inminente marcha y abandonados por los mayores organizamos una "little party" al más puro estilo veneciano.
A la mañana siguiente, ya sabeis, limpieza, recogida, maletas y despedidas.
Y allí se ha quedado la mama rodeada de hombres y papa sin sus niñas. Mikel y Mikello han sobrevivido a sus largas horas de espera aeroportuarias y han llegado bien.
Ahora solo nos queda el consuelo de que Alex ya ha fijado la fecha de su boda con el conde, esto es un capitulo que no os había explicado, mi hermana se va a casar con un conde multimillonario que va a cumplir los deseos de todos ( una isla desierta, un hidroavión, un castillo, un yate con helicóptero, un 60 pies...) así que si teneis algún capricho... ¡pedir y se os dará!
Dejar libre en vuestra agenda el 21 de mayo de 2010 ¡tenemos boda!

 

jueves, 16 de julio de 2009

La quinta del brócoli y esas cosas raras








Ya iba siendo hora de que la nueva tripulación del Alysio diera cuenta de sus andanzas por tierras croatas.
Para que entendais bien lo que acontece en estos dias por el barco me veo obligada a contaros la historia de nuestra pequeña familia. Yo soy hija del primer amor de Amaia, Emilio, una pasión de juventud en sus años hippies cuando Emilio era barman en Ibiza. Fueron años intensos, pero la llama fue perdiendo gas y finalmente se apago para dejar paso a un nuevo amor Joseba. El fruto de este amor fue Alejandra pero de nuevo la aparición de una criatura complicó la relación que acabo en ruptura. Por suerte las rupturas de mamá siempre han sido amistosas y mi hermana y yo podemos veranear juntas una semana al año con mi padre y el suyo. Hace cosa de unos años mamá nos presento a su nuevo novio, Juanjo, que pronto se ganó el apelativo de papuchi. Y así pasaban los veranos entre papá, papi y papuchi, con Mikel (Moreno) el novio de mi hermana y mi aventura con un marinero del puerto de Carloforte que me introdujo en el mundo de la droga y al que finalmente papá y papi tuvieron que dar “matarile” mediante la técnica de los zapatos de cemento.
Hasta aquí todo bien, lo que podemos definir como una típica familia española. El lio surgió el pasado sábado con nuestra llegada a Lussino para el comienzo de las vacaciones. Al desembarcar en la isla papi Joseba nos reunió a mi hermana y a mi para hacernos participes de una historia, su amigo Pepelu se habia puesto en contacto con el para reencontrar a un padre con su hijo. Mikel (Vega) el nuevo marinero resulta ser hijo de un romance que tuvo Juanjo en sus tiempos mozos con una chica de muy buena familia. Los padres de ella aterrados por la noticia del embarazo la mandaron a un internado, le dijeron a Juanjo que habia abortado y criaron a su nieto como si de un hijo se tratase. La verdad se descubrió hace cosa de 2 meses, cuando la madre de Mikel apunto de morir por un cáncer que le fulminó en 3 meses le contó a su hijo toda la historia y le dio una foto de Juanjo para que buscara a su padre y le contara la verdad.
El domingo tuvimos una cena familiar y le contamos la historia a todos. Mamá no se lo ha tomado del todo mal, aunque es la primera vez que no es ella quien aporta un hijo a la pareja. Alex y yo le hemos aceptado como un hermano más, Mikel le trata como si de un cuñado se tratase y papuchi y el se dedican a recuperar el tiempo perdido. Papá le ha apodado cariñosamente como Mikelo y a cambio el nos ha bautizado como "la quinta del brócoli y esas cosas raras" matizando que no nos gusta el brócoli ni esas cosas raras.
Y así pasamos los días buscando discotecas, baldeando cubierta maravillandonos con la amabilidad de los croatas, adelantandonos a preparar la comida (pasta con tomate) y haciendo amigos alemanes.
Hoy por la noche partimos hacia Venecia.
Continuará…

miércoles, 15 de julio de 2009

El final de la quinta del plátano


13 Julio
Con un poco de retraso pero no quiero dejar de pasar más tiempo para escribir el final de la travesía.
Los que estuvimos la semana pasada en el Alysio como “pasajeros” a tiempo parcial nos despedimos con un par de días en Venecia. Antes de eso pudimos ver como el Alysio llegaba a su puerto final (para nosotros) atravesando un estrecho canal entre la atenta mirada de los paisanos que, a buen seguro, esperaban que nos machacásemos con los laterales de tan estrecho paso. El Almirante evitó dar gusto a los croatas que esperaban tamaño suceso y al final pudimos relajarnos en las duchas del puerto, después de una semana de agua salada por doquier.
Pescaditos y vino blanco de la zona a 3 euros el litro. ¡No era tan malo como para no despreciarlo!, se podía tomar y más aún a tamaño precio.
Los que estuvimos esta semana en el barco no tenemos más que palabras de agradecimiento a la tripulación fija del Alysio. No sé si aprendimos mucho, yo tengo mis dudas, salve decir que al entra en el puerto de Venecia con el Ferri que nos llevo allí, alguien dijo que la entrada en el canal estaba señalizada con “postes” verdes y rojos y que íbamos amurados a barlovento. O sea que yo tengo mis dudas, pero aprendimos muchas otras cosas. Aprendimos de la mirada atenta en todas circunstancias de Joseba y de la sensibilidad, calidez y cariño de Amaia – increíble y entrañable criatura que nos dejó a todos pasmados – y el saber estar y la delicadeza y amistad que nos brindó Juanjo. A los tres nuestro agradecimiento por los maravillosos días que nos hicieron pasar en esta singladura.
Los que estuvimos de pasajeros esos días nos queremos llamar “la quinta del plátano”. Y es que no sabemos por qué extrañas circunstancias nos pegamos una “jartá” a plátanos increíble. Aparecían los plátanos a todas horas como si en El Caribe nos encontrásemos. El plátano tuvo un efecto demoledor, nos produjo risas, muchas risas y una sensación de camaradería y amistad que es difícil definir aquí en pocas palabras. Esperamos que se vuelva a repetir, que la mano firme de Joseba nos conduzca en el futuro a otros puertos y calas, que despelotados todos, nos zambullamos en mares de aguas transparentes y llenas de amistad y alegría por vivir fuera de los condicionantes de la sociedad que nos aprisiona, que nos haga sentir más noches de luna llena, bañándonos admirados y sorprendidos por estrellas mucho más visibles que en las ciudades y que, en resumen, durante unos días, nos podamos volver a sentir libres de todo lo que nos oprime en el día a día de nuestro discurrir apresados a la tierra firme, llena de desalientos y turbaciones y que nos de fuerzas para poder seguir hacia delante, con el timón firme, fijo en la amistad y la alegría por vivir. Gracias Joseba, Amaia y Juanjo… os queremos. Que volváis con fuerzas para preparar otras aventuras similares.

miércoles, 8 de julio de 2009

Nuevas hazañas y castigos



Dia 8 de Julio (hoy no es San Fermín)
Hoy hemos presenciado una de las hazañas a las que nuestro almirante nos tiene acostumbrados. Pero, claro, no es lo mismo que te lo cuenten que verlo en directo. Yo aconsejo a todos los fans de Joseba que lean atentamente este escrito porque estos hechos quedarán grabados en los libros de navegación “per secula sequlorum“. En ellos quedará patente la grandeza del personaje, su valentía y su dureza en el castigo, en definitiva la justicia de todos sus actos.

Salíamos de mañana de la cala en donde habíamos dormido cuando el almirante tomó la firme decisión de izar velas. Prestos todos los tripulantes nos pusimos atentos a la maniobra que ya todos nos tenemos aprendida de memoria (ahora las risas, muchas risas…).
Iniciada la maniobra, ete aquí que la mayor no salía, se quedó como trabada en el mástil y ni para arriba ni para abajo, oye tú,… ¿que hacer?. Todos espantados. Momentos de tensión, con la nave dirigiéndose directa hacia los riscos de la orilla.
Presto el almirante se armó de arnés y, sin sombra de duda, con cabo atado a él mismo comenzó la escalada al mástil (bueno, izado por Amaya y un servidor). Acojonaba, oye, acojonaba bastante. Abajo las olas batiendo la chalupa y Él allá arriba peleando con la vela insolente que negábase a obedecerle. Nosotros abajo todos atentos a las ordenes que desde arriba nos daba él. Bueno todos salvo Juan Fran que se dedicó a sacar el reportaje fotográfico del momento, convencido de la importancia de tamaño momento histórico. No fue comprendido eso por el almirante que le dedicó profundos exabruptos por descuidar lo que para él era más importante que las fotos como era la seguridad del barco y, por tanto, la de todos nosotros. Tal vez tuviera razón el comandante, tal vez Juan Fran descuidó un poco la tarea encomendada y por ello el pobre Juan Fran sufrió terrible castigo, colgado de las puntas de los dedos del palo mayor durante varias millas, pero también es cierto que gracias a él ahora todos podemos ser partícipes de la gran hazaña (véanse las fotos adjuntas).
Todo acabó bien y las velas se izaron al viento y nos hicieron volar sobre las olas durante todo el día.
Si bien es cierto, y de ello todos pudimos darnos cuenta, que la justicia del almirante es terrible, pues una vez bajado del palo mayor Juan Fran y su insigne mosquetero- grumetillo - como castigo, fueron obligados a seguirnos a remo (el motor seguía sin funcionar) en la zodiac durante gran parte del recorrido (véanse fotos adjuntas). También es cierto que hizo muestra de su excelsa clemencia cuando el resto de la tripulación solicitamos les dejara subir a bordo de nuevo (se lo pedimos más que nada porque les tocaba hacernos la cena)

Día lleno de emociones, de tristezas y de alegrías. Así es la mar compañeros, así es la mar y la vida en el Alysio.

martes, 7 de julio de 2009

La maldición de Thierry



7 de Julio (San Fermín)
Estamos teniendo unos días “cojonudos”. Avanzamos por entre las islas e islotes, nos bañamos a todas horas y comemos como reyes. Al saber del final del coñac tan delicioso, me permití traer otro similar comprado en el Duty Free, así como chocolates varios comprados por mi querida Rosa, por lo que las charlas de después de la cena están bastante bien acompañadas.
Hay algo que debo decir y que sé que a alguno dolerá más que a otros: El tiempo es estupendo y el sol nos acompaña continuamente. Lo siento Thierry pero alguno ha sugerido en algún momento enviarte un mensaje para darte rabia (ya ves que hay aquí algún cabroncete que otro con algo de mala leche). Creo que no se debió decir eso y creo que fue por eso que Thierry nos ha enviado una maldición, cariñosamente claro, pero una maldición con todas las de la ley.
El caso es que la última noche ha venido acompañada de fuerte tormenta con rayos, truenos, relámpagos fuertes lluvias… Ha sido una noche de perros. Yo temblaba encogido de miedo en el camarote, abrazado a Rosa (ella no se ha enterado de nada porque debido a mis ronquidos duerme con tapones). Con los demás lo mismo, unos se han enterado y otros, los más “troncos“, no . Ha sido una noche horrible. Os lo digo en serio, pero en algún momento, con los ojos abiertos como platos, me ha parecido ver en la obscuridad de la noche, la sombra de la imagen de Thierry asomándose a los camarotes, riendo, riéndose de todos nosotros…
Afortunadamente, la magnífica mañana nos ha saludado con un tibio sol de nuevo. Alegre por el final de la triste noche y poder contemplar la placidez de la mañana en esta bahía de ensueño, he subido a cubierta, me he desprendido de toda mi ropa rompiéndola a jirones (figura poética que no es del todo cierta, pero pienso que en este punto queda muy bien) y he saltado al agua lleno de alegría…
Perdona Thierry… gracias Thierry… no lo haremos más.

Sin embargo por la tarde, después de un día de sol, nos volvió a caer tromba de agua mientras navegábamos, aunque solo duró media hora. La foto adjunta resultó bastante penosa para nuestro capitán, pues no entendía que nos estuviésemos mojando ahí afuera como jil…pudiendo estar adentro sin mojarse. Tonterías que hace uno, no todo va a ser razonable y lógico… ¡estamos de vacaciones!… Bye

La llegada


Nuevas historias del Alysio ahora a cargo de otro escritor novel: Ángel.

Días 5 y 6 de Julio

La verdad es que pensé haber escrito antes, pero la cantidad de actividades a las que nos ha sometido el almirante, me ha impedido cualquier otra actividad a parte de las propiamente regladas (por el almirante, claro). Me he traído el libro ese de Los hombres que no amaban… etc y por no tener tiempo, aún no he podido ni leer el resumen del final.

A la llegada con el taxi a la Marina, ya nos estaba esperando Él a la entrada… su imagen lo llenaba todo. Nos dio las primeras instrucciones (no ordenes)
El pobre Juan Fran había arrastrado por media Europa un alternador de no se cuántos kilos, alternador que todavía, a día de hoy, no se sabe si se va a poder instalar o se lo va a tener que llevar de vuelta Juan Fran a Venecia y luego a su casa. El primer día cargamos cuatro carros de viandas en un super de Zadar, principalmente cosas líquidas como agua, cerveza y algún que otro cartón de leche y después de eso nos pusimos a navegar (¿cómo se podría decir mejor eso?). Ya veis que aún no controlo la terminología, aunque ya no digo aparcar si no atracar, ni cuerdas si no cabos, por lo que estoy la mar de contento. Creo que cuando salga de aquí seré una persona distinta e incluso hablaré de otra forma.
Ayer estuvimos intentando arreglar el motor de la zodiac que dejó tirado al almirante en un lúgubre rincón del puerto de Zadar. Veníamos con nuestros carros del super y el buen hombre salió a recogernos, pero se dio la triste situación de que cuando, pasando de él, llegamos con nuestros carros al barco, el “capitán” (como veis a estas alturas le he rebajado ya de categoría) avanzaba hacia nosotros penosamente dando de remo a la zodiac. La verdad es que esa primera triste imagen del capitán se me quedó grabada durante un tiempo en la retina y solo gracias a sus grandes hazañas posteriores he podido borrarla de mi memoria.
Interrumpo un momento el argumento de la escritura puesto que estoy escuchando un motor funcionando… ¡eureka! ¡El alternador funciona! ¡Juan Fran se ha salvado!
Juan Fran ha traído un “grumete” (algo mayor que Carlitos) que nos está dando grandes momentos de risas. Hemos descubierto que Juan Fran quiere a Marco y viceversa. Es una relación encantadora de amistad a tope (no os confundáis no hay otra cosa más que eso) con buenas dosis de pique de uno hacia otro (bueno, más de Juan Fran que del paciente Marco que aguanta que no veas)^
Por la tarde estuvimos visitando un pecio (digo bien no es “precio”, pecio). Nos sumergimos y descubrimos sus fondos rodeados de peces (adjuntamos foto)

Equipamiento barco


Les mostramos el nuevo diseño de zapatos para las tripulantes del barco. Por supuesto en ningun caso la suela puede ser negra. Aunque ustedes lo piensen, Amaia no ha tenido nada que ver.

domingo, 5 de julio de 2009

Zadar y Ay!!! penita, penita, pena







Viernes 3 Julio: La tripulacion del Alysio se levanta este dia, consciente de que maritimamente hablando es el ultimo. Decididos a aprovecharlo al maximo (si cabe mas que los dias anteriores) nos tocan banos por doquier y el Adriatico como si fuera consciente de ello, se convierte en nuestro complice regalandonos sus mejores aguas con temperaturas ideales. Los momentos mas enternecedores se van sucediendo y entre ellos, destacar las muestras de carino entre el almirantazgo y la grumeteria.

Levamos anclas y lentos pero sin pausa alcanzamos al final de la tarde nuestro inevitable destino final: Zadar.

En un mas que apretado puerto, en el que se dan de la mano tanto ferrys (de la ya para nosotros mas que familiar Jadrolinjia) como multitud de embarcaciones de todo tipo y condicion, tratamos de reponer combustible con alguna que otra tensa situacion de por medio. Los colones estan a la orden del dia, con independencia de si se encuentran en la cola del pan, del cine o de la gasolinera del puerto.

Amarramos en la mas que tambien apretada Marina e iniciamos el asalto al casco antiguo de Zadar. Nos encontramos con una ciudad bulliciosa seguramente influenciada por el principio del fin de semana y de las vacaciones de verano.

Sabado 4 de Julio: Es el final, parte de la temporal tripulacion de la nave se despide poco despues del desayuno. El resto limpiamos y preparamos el barco para recibir al relevo de nuevos marineros que llegaran al finalizar el dia. Al atardecer se despiden los ultimos eventuales tripulantes.

Parodiando como laconicamente, afortunadamente hace mucho tiempo, decia una frase que no se deberia volver a repetir:

Cautivados por la Mar y desarmada la tripulacion del Alysio por la cruda realidad, la Nao ha alcanzado sus ultimos objetivos. La Travesia Dubrovnik-Yadar ha terminado.


Para los que han seguido el Blog, para los que lo seguiran, para los que realizaron comentarios en el, para los que aguantaron mis parrafadas, para los que las criticaron, para los que les gusto, para los que nos han llamado, para los que nos han enviado e-mails, para los que han cocinado, para los que han pilotado y ensenado las artes marineras, para los que han colaborado en el fondeo, para los que nos han avituallado, para los que nos han llevado en la gomona, para los que han fregado la vajillla, para los que pusieron las copitas de las noches, para los que pusieron los vermuts y cervezas de la mananas, para los que han leido junto a nosotros, para las tripulaciones con las que hemos coincidido, para aquellas con las que no hemos tenido la oportunidad de encontrarnos, para los grumetes que teniamos y en especial para Begona, Amaia, Juanjo y nuestro inestimable almirante Joseba. GRACIAS A TODOS

Alysio 2014