lunes, 25 de agosto de 2014

De Vathi a Egina para acabar en Rusian bay

Día completo en Vathi. Rodeados de motoras que parecen llevar atracadas días.  Nuestros vecinos de la izquierda,  babor,  una pareja mayor.  El con calzón, creo que el término es el más adecuado,  amarillo y una camiseta de tirantes blanca reluciente.  Los de la derecha,  dicese estribor,  un grupo familiar integrado por la rubia del triquini, traje de baño de los 70, su marido, su hijo de 9 años que ejercía de camarerito en el bar, una amiga de la rubia con su hija, y la madre de la rubia con su novio, que con seguridad no era el padre de la rubia. Todos ellos no paran de pasar con agua barcos y muelle.

Comida a bordo, frapes varios en la tabernita,  baño en el extremo del puerto, tras descenso entre piedras, ducha, paseillo mínimo por el pueblo y cena invitados por Juanjo. 

Todo el día bajo el control del harbour máster,  que llevaba el título impreso en la espalda de su camiseta de tirantes.  Simpático. Hemos pagado 8 euros el atraque y 5 el agua.

A la mañana hacemos agua y salimos rumbo a Egina, célebre por sus pistachos. Tenemos intencion de alquilar moto, o motos, no se precisar, o hasta un coche, para visitar el templo de la diosa Afasia.  Pero sus colegas no nos son favorables y el puerto esta llenisimó. Damos vueltas a la espera de que alguien nos deje un hueco,  pero competimos con dos motoras que están dispuestas a lo que sea por atracar.  Y no tenemos cuerpo para discutir.


Así que dejamos el puerto y vamos a fondear para darnos un baño y comer junto a un barco lleno de chavales que no paran de tirarse al agua. Enfrente tenemos un bunker.   

A la tarde nos dirigimos Rusian bay , donde ya habíamos fondeado. A la entrada de la cala hay una pequeña isla que veis en la foto.



domingo, 24 de agosto de 2014

Cumple en Vathi


Y hoy día grande, cumpleaños de Juanjo, que como veis en la foto, esta hecho un chaval. Y como para celebrar, cenamos fuera nos hemos venido a Vathi en la península de Metana, que tiene un pequeño puerto rodeado de tabernitas.



Hemos tenido una comida con debates varios, el principal trata de si la palabra txirene es propia de Bilbao. ¿Alguno de nuestros amables seguidores puede ayudarnos con el termino?

sábado, 23 de agosto de 2014

De mecánicos



A la mañana siguiente nos levantamos a las 7.30 y nos pusimos rumbo al varadero de Egina. Al llegar nos estaban esperando. Colocamos sin demasiados problemas, a pesar del aspecto, el barco en el foso y subió a bordo el mecánico. Dos horas más tarde el problema estaba solucionado. Todos contentos porque no hizo falta varar el barco.


Desde alli, dimos la vuelta a Egina, lo que nos llevó todo el día, para llegar a la tarde a Epidhavros. El calor sofocante. Cuando el sol se ha ido damos un paseo, viendo el teatro antiguo de Epidhavros bastante bien conservado y rodeado de naranjos y olivos. Ducha fantástica, cena, y a la cama cual marmotas.



Cambio de tripulantes

Nieves, Maria Jesús y Julen dejaron el Alysio en Poros el martes 19 a las 3 de la tarde rumbo a Atenas, para volar en el mismo avión que nos traía a Juanjo y a mi. Llegamos a Atenas a las 3 de la mañana y dormimos un rato en el aeropuerto para terminar en el X96 y de allí al Pireo.






Barco rápido y caro a Poros donde nos esperaban en el puerto Amaia y Joseba. Desayuno en terraza, compra y salimos a fondear en la bahía, de nombre Rusian bay. Baños, gin tonic y cena. Los vecinos con los generadores funcionando.






Al día siguiente diana en el nuevo horario del Alysio, hacia las 10. Joseba al agua para revisar el eje que nos tiene mosqueados. Golpecitos con martillo, llave inglesa y cara de preocupación del  capitán. Arrancamos pasando por la península de Metana, aprovechando la poca brisa para subir el génova y acabar fondeado cabo a tierra. Estábamos una fila de barcos. Nuestro vecino un cotilla. Provisto de prismáticos y sentado en la proa no paraba de observar a los que allí estábamos. 

Desde allí reservamos hora para el día siguiente en un varadero para que un mecánico nos revisará el eje. Más baños, gin tonic y cena.


sábado, 16 de agosto de 2014

El pasado 9 de agosto embarcamos en el Alysio Julen, Nieves y Mª Jesús y nos reencontramos con nuestros amigos Amaia y Joseba que nos habían preparado el barco y lucía esplendoroso. Estábamos fondeados en Porto Ckelli ,donde hicimos noche y ya nos hablaron del bonito que habían pescado.

A la mañana siguiente, según salimos ya vimos la famosa mojama que se sacaba a secar lejos de la costa. al ver los ataques de las moscas y las avispas en una paradita en Kilada, Nieves compró una malla en la ferretería/ tienda para todo local para hacer una camisiña protectora especial para mojamas, como podéis ver en la foto.








Para comer disfrutamos de un magnífico bonito marinado en plan gourmet.










Estos días hemos hecho unas visitas estupendas, hemos conocido Nauplio y algunos subimos los 990 escalones y recorrimos todos sus bastiones. las chicas incluso fuimos de shopping.




En Monemvasia todos subimos hasta la ciudad alta, pero estaba cerrada por obras, de todas formas nos encantaron no solo las vistas, sino también el ambiente.




Al llegar a Kilada, vimos el famoso TRIMARAN de la universidad de Ginebra que utiliza una paca solar de 350 metros cuadrados y puede navegar cinco días completos con la energía almacenada en sus baterías de litio y que alcanza ocho nudos habiendo completado la hazaña de dar la vuelta al mundo con energía  solar.



Por un módico precio de 16 millones de euros os podéis hacer con él. Toda esta información ha sido dictada por el capi. Su nombre es TURANOR con acento circunflejo en la u PLANET SOLAR.



Ayer vimos alguna estrella fugaz, disfrutamos de la maravillosa vía láctea y aprendimos alguna constelación más: águila, delfín, dragón, corona boreal y lira.

Si nos queda tiempo entre tanto baño y holgazanería os mantendremos informados.

ITINERARIO DEL ALYSIO HASTA EL 1 DE AGOSTO. VIAJANDO POR UNOS DÍAS DESDE LA DISTANCIA

Después de que Susana y yo termináramos nuestro viaje seguimos en contacto con la tripulación para que nos dieran envidia y de paso poder viajar con ellos a través de internet, así que nos fueron contando el nuevo itinerario del Alysio esta vez dirección al Peloponeso:


Comenzaron a navegar  rumbo hacia Olimpia, ciudad conocida por ser el origen de los Juegos Olímpicos a los que les dio el nombre, llegando el día 23 de julio a Pilos o bahía de Navarino famosa por la batalla naval que allí tuvo lugar a principios del siglo XIX en la Guerra de Independencia de Grecia, donde aprovecharon para compartir mesa cenando con unos amigos catalanes con los que coincidían en entusiasmo por la navegación.




Pilos...

... o Bahía de Navarino

Bahía de Navarino. En la colina la antigua ciudad de Pilos
















El día 25 dos de los más estimados tripulantes del velero, Begoña y Santxo, son los siguientes en dejar el barco, aunque ése mismo día ya se ponen en ruta Geli desde Asturias, Marce desde Sevilla y Natxo desde Bilbao que ya es otro de los veteranos navegantes.

El Alysio inicia entonces ruta en dirección a Metoni, en la punta noroccidental del Peloponeso, y de sábado ya se incorpora Natxo. Los siguientes en irse justamente una semana después que Susana y yo son Thierry y Juanfran, ya es domingo y también se unen para completar una tripulación de 6 personas los hermanos Geli y Marce, es la primera vez que navegan en el Alysio y por supuesto les deseamos que tengan un viaje con tan buenos momentos como tuvimos nosotras.

Ya de lunes comienzan la semana arrivando a Koroni, y nos mandan una preciosa foto de la fortaleza veneciana. http://en.wikipedia.org/wiki/Koroni.

 
Fortaleza veneciana en Koroni

Llega un nuevo día, y para celebrar el cumpleaños de Amaia consiguen pescar un magnífico ejemplar de atún, regalo que le ofrece el mar  para festejar tan especial fecha, y que seguro  preparó de todas las formas más deliciosas posibles para dar buena cuenta de él.


El cebo con el que se pesca en el Alysio
Sin parar ni un momento el destino de la nueva jornada, el miércoles 30 será Porto Kaio en la cara este de la península de Maní, pasando el cabo de Matapán, y para nuestra envidia ellos sí que pudieron ver delfines, y nos mandaron una foto que fue con lo que nos tuvimos que conformar ya que no se dejaron contemplar durante nuestra estancia en el velero.


Porto Kaio



Delfines visitando al Alysio

No cabe duda de que para los tripulantes de este viaje el trayecto fue de lo más completo. Incluso también tienen avería, sino no sería lo mismo, esta vez el problema estaba en que no iba el eje del motor. Así que el 31 atracan en Mistra, y como esta vez no pueden contar con Takis, mientras Joseba y Natxo arreglan el problema los demás aprovechan para hacer una visita a esta ciudad bizantina cercana a Esparta. http://www.easyviajar.com/grecia/la-ciudad-bizantina-de-mistra-1290


Llega el 1 de agosto y estando ya solucionado el problema mecánico, se dirigen hacia Gytion y Elefanosis, (http://es.wikipedia.org/wiki/Giti%C3%B3n) viaje que estoy segura fue de lo más entretenido puesto que hubo mucho viento lo que hizo que pudieran aprovechar para ir a vela.


Impresionante velero fondeado también en Elefanosis

Y los planes previstos para el día siguiente parecen muy interesantes, visitar la necrópolis y la ciudad sumergida Pavlopetri al NE de la isla de Elefanosis,  y que según la información de la que disponen se encuentran  a poca profundidad,  más o menos a unos 3-4 m con lo cual se supone que podrán ver gran parte de estos tesoros bajo el agua simplemente nadando en superficie; esto sí que me da envidia, palabra más repetida a lo largo de mi crónica en la distancia. http://es.wikipedia.org/wiki/Pavlopetri
Aunque por lo que más tarde nos contaron la expedición prometía más de lo que en realidad consiguieron ver... una pena.



Hasta aquí mi seguimiento del Alysio, así que espero que alguien se decida a tomarme la alternativa porque aunque sea con la imaginación y ayudados por las tecnologías, los que tuvimos que volver a la realidad podremos de nuevo disfrutar aunque sea únicamente leyendo, la experiencia de recorrer las maravillas en las costas de las Islas Jónicas..


http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Islas_de_Grecia



viernes, 15 de agosto de 2014

DOMINGO 20 DE JULIO. HASTA PRONTO...

La mañana del domingo llegó demasiado pronto, mucho sueño y mucha pena. Juanfran estuvo pendiente de que no nos durmiéramos aunque la intranquilidad que producen los viajes había hecho que nos despertáramos a la hora en punto. En diez minutos ya estábamos preparadas y llegó el nunca deseado momento de las despedidas… el capitán como buen anfitrión que había sido en todo momento, nos acompañó hasta la parada de taxis y esperó con nosotras hasta que llegó el taxista con el que habíamos quedado el día anterior para ir hasta el ferry y comenzar el viaje de vuelta, íbamos a pasar el día en Atenas, pero nuestra aventura en el Alysio había acabado, mucha pena….

Cierto que nuestro viaje fue un poco especial y raro, en definitiva, distinto de los viajes que normalmente se hacen en el Alysio con itinerarios más largos; pero en esta travesía las averías hicieron que recorriéramos menos distancia de lo están acostumbrados quienes normalmente viajan en el velero y además también influyó el hecho de que había más tripulantes de lo normal. Sin embargo no dejó de ser un viaje para recordar.

Y qué decir… tantas cosas que se pueden resumir en unas pocas: muchas gracias a tod@s por ser tan estupend@s compañer@s de viaje, es sorprendente cómo puedes llegar a sentirte tan bien con gente que acabas de conocer, porque aunque en ningún momento antes de empezar el viaje me había planteado reparo alguno en cuanto a las personas que me encontraría y con las que compartiría un espacio bastante reducido durante nueve noches, cuando habían pasado unos días me di cuenta de lo a gusto que estaba allí y que aparte de que el entorno acompañaba ell@s hicieron que todo fuera mejor todavía. 

Gracias por las clases de navegación, por los menús tan ricos y preparados con tanto cariño, por las risas, por descubrirnos otra forma de viajar y conocer sitios maravillosos… en fin, por todo. Así que espero volver en algún momento al Alysio, mejor más pronto que más tarde y aunque seguro que será  mucha la gente estupenda que pase por este velero espero volver a coincidir con vosotr@s.


Y sobre todo gracias a mi estupenda compañera y amiga Susana que fue la que me propuso hacer este viaje. Formamos un buen equipo en esta aventura. ¡Ojalá podamos repetirla!



 

La última salida del sol que vimos desde el Alysio

Como ya dije al principio, esta bonita experiencia terminé de escribirla ya de vuelta, la verdad que ponerme delante de un ordenador no era algo que me apeteciera mucho estando en un velero en pleno Egeo y siendo la otra opción la de disfrutar del paisaje de las islas griegas. Así que he preferido recordar ya desde casa todos los momentos vividos durante este viaje, y tengo que reconocer que me agradó mucho volver atrás en el tiempo aunque sólo fuera a través de las fotos y los recuerdos... tantos buenos momentos imposibles de olvidar!




Muchas experiencias y lugares para anotar...



SÁBADO 19 DE JULIO. ULTIMO DÍA, ÚLTIMA NOCHE

Y ya llegó el día que al principio de este viaje parecía tan lejos, el último día en el "Alysio". Para reponernos de la jornada tan ajetreada que habíamos tenido el día anterior y terminar de hacer las reparaciones necesarias, pasamos la mañana fondeados en Puerto Leone. Y realmente fue el broche de oro para un viaje increíble. 



Puerto Leone

Aprovechamos para visitar las ruinas del pueblo abandonado que se entreveía en medio de la frondosa vegetación, la pena fue que no pudimos llevar la cámara ya que nos acercamos hasta tierra nadando; pero nos hubiera encantado haber hecho fotos de los restos de las casas, del cementerio que quizás incluso acogiera todavía a alguien que en el pasado hubiera habitado entre aquellos muros que un día fueron las cuatro paredes de su hogar, la prensa que en otros tiempo usaron los pobladores para hacer aceite y que seguía intacta, la gran cantidad de árboles de olivo con unos troncos espectaculares por las formas tan retorcidamente artísticas que tenían… Ahora sólo había silencio, roto por el zumbido de las abejas, pero al andar entre las piedras te podías imaginar cómo pudo haber sido aquel pueblo cuando estaba habitado por las muchas sensaciones que trasmitía. Y casi como si estuviera custodiando el lugar, en lo más alto, también había una iglesia pero que estaba en perfecto estado dado que había sido reconstruida recientemente,  de hecho nos dijeron que seguía usándose; al estar cerrada no pudimos entrar pero tenía unos ventanucos a los que nos asomamos para ver el interior y no dejaba de sorprendernos una vez más, que un pequeño templo en un sitio abandonado estuviera tan ornamentado y cuidado. 
http://www.lamagalquilerbarcosgrecia.com/port-leone/


En lo alto la iglesia y a la izquierda los restos de la prensa para el aceite


El resto de la mañana lo pasamos prácticamente todo el tiempo en el agua, buscando peces exóticos y no tan exóticos entre las rocas y disfrutando del que sería nuestro último baño en este viaje.
Además nuestros vecinos del Buka también nos dieron bastante entretenimiento aunque se dejaron ver bastante poco. Únicamente la tripulación era algo más sociable y el escaso movimiento que había era por parte de ellos cumpliendo con sus obligaciones.


Parte de la tripulación...

...disfrutando del lugar






























Joseba acabó de rematar la reparación que quedaba por concluir, ayudado por nuestros vecinos del “Nan”, y más tarde ya disfrutamos de la comida y un pequeño descanso antes de ponernos de nuevo en camino.



El último regalo del Alysio, en el pique de proa con el viento soplando y las olas rompiendo contra el casco


Y ya nuestro último recorrido en esta aventura, dirección Vathi para recoger los billetes que nos llevarían a Susana y a mí hasta Atenas. Esta vez fue ella quien se estrenó pilotando, no podía marcharse sin probar la experiencia ya que se había atrevido con todo y era lo único que le quedaba por hacer.

Absorta pilotando 

Llegamos a Vathi, tan bonita la entrada al puerto como en nuestra anterior visita. Y esta vez sí que podíamos ducharnos y adecentarnos, privilegio indiscutible para quien dejaba el "Alysio". Aunque el resto de la tripulación también esta vez  tuvo el mismo privilegio puesto que íbamos a cenar en el puerto con nuestros compañeros de viaje del “Nan”. Una cena muy rica en una pequeña taberna , con una noche realmente agradable y como siempre muy buena compañía, aunque no era lo mismo que nuestras cenas en las calas de sitios despoblados y rodeados por el Egeo. Hubo quien después de cenar prefirió ir a tomar una última copa y dar un paseo pero volvieron en seguida y nos pudimos despedir de Lourdes, Ángela, Vicente y Toni, los miembros del “Nan”, no llegamos a coincidir demasiado con vosotros pero quedamos encantadas de conoceros.



Terminamos de preparar la maleta y cuando ya teníamos todo recogido nos fuimos para la cama. Los días habían pasado volando ya había llegado la última noche en nuestro camarote del "Alysio". La pena fue que no habíamos contado con la posibilidad de que fuéramos a pasarla en puerto; durante todo el viaje nos había dado envidia de los compañeros que se habían bañado durante la noche bajo la luna llena, o en aguas ricas en plancton brillando con la luz azulada de los seres microscópicos que la producen, así que nuestra intención era que para despedirnos en condiciones, la última noche teníamos que darnos ese baño que tanto nos había apetecido… pero no pudo ser. A cambio una noche en puerto y con los ruidos propios de la civilización a la que había que ir acostumbrándose de nuevo sí o sí.




jueves, 14 de agosto de 2014

VIERNES 18 DE JULIO. PRIMERA DESPEDIDA



Después de una noche muy tranquila tocó madrugón, teníamos que llegar al puerto de Lefkada para dejar a nuestro querido compañero Álvaro, así que a las seis comenzó a sonar el motor que nos despertó. El sol empezaba a salir pero hoy no empezábamos el día como los demás, daba mucha pena que se nos fuera el estupendo piloto en prácticas con el que nos habíamos reido tanto. Casi todos nos quedamos en el camarote más o menos durmiendo, era un viaje a motor para que Álvaro llegara a tiempo, acabé volviendo a quedarme dormida y sino hubiera sido por Susana ni siquiera me hubiera podido despedir de lejos porque habíamos atracado y él ya estaba en tierra, no todos estábamos despiertos  y no quiso que nos levantáramos, así que le mando el fuerte abrazo que se merecía como despedida por todos los buenos momentos que nos hizo pasar durante el tiempo que navegamos con él . Espero que en algún momento volvamos a coincidir en el Alysio porque fue un excelente compañero de viaje. Las despedidas nunca son agradables y menos cuando sabes que la propia también se acerca...


Álvaro concentrado pilotando en días anteriores 

Con mucha pena nuestro amigo se había ido pero todavía quedaban dos días por delante y no se podía desaprovechar ni un instante. De momento nos quedamos en Lefkada para reponer la despensa de lo necesario. Atracamos en el puerto municipal y después de darnos un homenaje con un excelente desayuno sentados en la terraza de un bar en una de las calles principales a la vez que se iniciaba la actividad a nuestro alrededor, comenzamos la tarea de hacer la compra. No es que fuera algo excesivamente complicado porque Amaia tenía totalmente controladas las necesidades del Alyisio, pero con aquel calor tan terrible que hacía, cargar con unas enormes bolsas llenas a tope parecía una tortura; aunque se hizo más llevadera la tarea recorriendo las calles de la población y viendo los puestos de frutas, verduras, pescados… y cómo no un montón de típicas tiendas que se veía que estaban destinadas al turismo. Además llamaban la atención ciertas costumbres que allí tenían los vecinos del lugar como ir tres en una moto, llevar de paquete al perrito, o también la cantidad de personas sin límite de edad que utilizaban bicicleta para desplazarse, así que podíamos ver a señoras de edad avanzada todas vestidas de negro con mucho remango en su bicicleta.


Después de un buen desayuno...

... a buscar rica fruta...
...ricos pescados...












... y con las bolsas llenas de todo lo necesario, vuelta al barco



























De vuelta nuevamente al barco y otra vez llena la despensa y también la caja de herramientas y repuestos ya que se aprovechó también la parada para comprar alguna pieza que era necesaria para hacer reparaciones. Y mientras tomábamos el acostumbrado vermouth estuvimos esperando al nuevo tripulante,  Enrique, que en su caso aunque lo de navegar no era nuevo para él, sí que era una novedad estar en el Alysio. Cansado pero contento de llegar a su destino, lo primero que hizo fue empezar a situarse en las costumbres del  velero. 
A continuación, dado que los problemas técnicos parecía que se multiplicaban de un momento para otro (el intercambiador que pierde agua salada, algún tornillo flojo, la correa del alternador que todavía estaba pendiente de cambiar y además aire en el sistema de agua dulce aunque respecto a ésto existía la duda de que el problema fuese que se habían acabado las reservas del depósito), teníamos que pasar de necesidad a ver a nuestro mecánico favorito por ser el más cercano, Takis, así que rumbo a Vliho. 

Esta vez el viaje fue muy entretenido para mí porque me toco pilotar, en algún momento tenía que hacerlo, no podía desaprovechar esta oportunidad. 


Tanta responsabilidad exigía mucha seriedad

Una vez que atracamos llegó de inmediato Takis en una motocicleta y en seguida cambió la correa poniendo la apropiada y dejándonos una de repuesto, aprovechamos también para rellenar los depósitos de agua dulce. 



En Vliho


 Joseba, Juanfran, Thierry y yo hicimos una pequeña expedición para ir hasta su “taller” puesto que el mecánico nos había contado que el “Capitán Teach” estaba allí pendiente de una reparación debido a que aquella misma mañana había encallado. Nos acercamos hasta allá para ver qué les había pasado y cómo se encontraban, afortunadamente dentro del susto bien, así que les deseo que la reparación haya sido rápida y que hayan podido continuar navegando tranquilamente de nuevo y sin más percances por las aguas griegas. Está claro que un pequeño percance le puede pasar hasta al más experto navegante. Nuestro capitán aprovechó para llevarnos  a los que nos habíamos acercado hasta allí, a una visita guiada por el lugar donde pasa los días Takis, y viendo el calor que tiene que soportar en aquella explanada llena de embarcaciones, casi hasta se podría entender su carácter huraño porque era inaguantable el calor del sol. Además el capitán aprovechó para darnos unas explicaciones acerca de ciertas partes del barco ya que teníamos allí una estupenda posibilidad de ver lo que normalmente está bajo el agua, como siempre digo, él en su salsa con estos temas que le apasionan. Y aunque en este caso no se trataba de ver algo especialmente espectacular por su belleza también fue una experiencia más que mereció la pena, algo con lo que no contaba con lo que ni siquiera llevé la cámara para inmortalizar todo aquello, Juanfran fue más previsor que yo y como buen paparazzi que estaba siendo desde que subió al barco a él no se le olvidó y tomó fotos de todo. 


Takis entre todos los barcos varados...



... y con el sol calentando con toda su fuerza







Iniciamos rumbo a Puerto Leone, en Kálamos, donde habíamos estado ya pero que habíamos dejado a medias de conocer por la tormenta así que tendríamos la oportunidad de ver todo aquello que nos había llamado la atención quedándonos con las ganas. También tuve la oportunidad de pilotar de nuevo un ratito, pero a juicio del capitán era mejor que no siguiera, y por supuesto, donde manda patrón no manda marinero así que abandoné las prácticas, pero para mí que quedó un poco afectado por el incidente del “Capitán Teach” y no se fiaba de mí… ¡alma de poca fe! Así que Thierry con mucha más soltura que yo me tomó el relevo.

Como no había viento estaba siendo una tarde bastante tranquila ya que ni siquiera pudimos ir a vela, todo el rato a motor, y como todavía faltaba un rato para llegar a Puerto Leone decidimos tomar un gin tonic en marcha acompañado de un aperitivo…. Lo que nunca hubiéramos sospechado era que ese hábito de última hora de la tarde nos iba a ser tan útil porque al ir a coger las tónicas de la sentina ésta estaba inundada. La cara de sorpresa que nos quedó no tenía nombre, sobre todo porque hacía escasamente dos horas que habíamos estado con Takis y no le había dado importancia al tema de las entradas de agua, achacandolo a una dilatación de la bocina del motor. Yo creo que si en ese momento hubiera estado allí, posiblemente alguien le hubiera agarrado de la coleta y se la hubiera arrancado. Pero como no estaba no quedaba otra opción que ponernos a achicar agua para apaciguar los ánimos, eso sí, el gin tonic lo tomamos. El capitán en un primer momento se puso bastante nervioso, por decir algo, porque yo creo que cuando vio todo aquel agua la descripción exacta era que le salían rayos y truenos por los ojos, pero en seguida recuperó la compostura, nos organizamos y todos nos pusimos a colaborar dejando en las manos de Enrique el pilotaje del barco mientras sacábamos agua con cualquier cacharro que tuviéramos a mano, por lo menos yo tenía el día activo y como me dijo Juanfran se me pegó a la mano el cuenco con el que estaba achicando y no paré en todo el rato, ¡todos le tuvimos que dar con ganas a la tarea!



En plena tarea de achique


Una hora más tarde llegamos a Kálamos, donde ya estaba el “Nan” esperándonos. También estaban fondeados varios vecinos más como  un yate enorme de nombre "Buka", propiedad de un acaudalado empresario, en este caso del presidente de industrias Titán, es increíble para lo que puede dar vender pinturas. Realmente muy llamativo pero seguimos quedándonos con el velero Nirvana que nos habíamos encontrado navegando días antes, en este caso propiedad del propietario del imperio textil Mango y que era realmente espectacular.




En Puerto Leone, el "Nan" en primer plano y al fondo el yate "Buka"


Una vez que fondeamos terminamos de sacar todo el agua que quedaba, ya bastante menos, y hubo también que apretar algún tornillo para rematar la operación por el momento hasta el día siguiente. No cabía ninguna duda de que estaba siendo la jornada más agotadora desde que habíamos embarcado. Y aunque alguien pueda pensar que menudo susto y que vaya vacaciones achicando agua, tengo que decir que hasta incluso esta sorpresa inesperada tuvo su gracia, ¡no todos los días te encuentras con una situación así! Una anécdota más que con el tiempo recuerdas con una sonrisa aunque seguro que para nuestro capitán el recuerdo no le traerá precisamente una sonrisa y supongo que nunca se acostumbrará a estas adversidades.
A pesar de tanto movimiento Amaia se puso manos a la obra para tener la cena a punto, y como Santxo estaba en labores de ayudante de mecánico fue Enrique quien muy eficientemente le echó una mano y nos hicieron unos espaguetis deliciosos, realmente hoy nos habíamos ganado una buena cena y un merecido descanso.



miércoles, 13 de agosto de 2014

JUEVES 17 DE JULIO. OTRO DÍA COMPLETO

Ya había llegado la mañana del séptimo día, aunque mejor no pensar en lo poco que ya nos queda… Al despertarnos y salir afuera, volvemos a quedar increíblemente sorprendidas del sitio tan asombroso en el que estamos, y es que aunque cuando llegamos a los sitios a última hora de la tarde todavía hay luz suficiente para verlo todo, es por las mañanas cuando podemos ver completamente cómo son los lugares en donde fondeamos, y éste parecía imposible que pudiera existir. Levantarse por la mañana y ver aquel paisaje era todo un privilegio. 



San Nicolás. Impresionante 

La mañana pasó volando baño tras baño. Nos acercamos con la gomona hasta un pequeño islote a unos 300 m con Thierry que nos acompañó remando. Él ya lo había visitado a primera hora de la mañana con Juanfran y Álvaro pero se ofreció a volver con nosotras. Estas aguas sí que nos dejaron sin habla, completamente transparentes, verdes… además con sólo echar un vistazo podías ver un montón de peces de todos los tamaños.




El islote desde el Alysio...

...con aguas cristalinas...

...precioso todo tanto dentro como fuera del agua
















Dimos una vuelta por el mini islote, y como en muchos otros sitios que habíamos visitado, aquí también había una capilla medio abandonada. Después de darnos un chapuzón y ver toda la belleza que había en aquellas aguas volvimos a la embarcación. Y el último baño de la mañana fue un poco obligado, o más bien completamente obligado y además inesperado porque una mano inocente, la de nuestro patrón, me dio un ligero empujoncito… ¡inocente por supuesto! Pero mejor no hacer enemistades con los superiores no sea que no te dejen volver al barco para próximas oportunidades, así que en seguida firmamos la paz.

También hubo visita al “Nan”, y más tarde se acercaron ellos a devolvernos la visita, lo que no se logró fue hacer el cambio de la problemática correa del alternador que nos habían traído ellos, con lo que quedamos como estábamos.





Relajados navegando dirección Lefkada

Después de la comida nos aproximamos a Lefkada que era donde teníamos que dejar a Álvaro al día siguiente ya que iniciaba el regreso a la civilización. Y durante el viaje pasamos cerca de la isla de Skorpios (http://es.wikipedia.org/wiki/Skorpios), una “pequeña” propiedad privada con un imponente yate fondeado, posesión todo ello de una rica heredera rusa. La isla muy bonita, por lo menos de lejos, porque dado que estaba controlada por todos los lados para que nadie se aproximara era imposible verla desde cerca; lo que tiene ser rico…  Aunque ya se sabe que quien más tiene más necesita.





Isla de Skorpios




Fondeamos cerca de Lefkada para pasar la noche, en Varko, y con nosotros también el “Nan”; aunque tuvimos que escapar de los alrededores de una pequeña y coqueta playa estilo ibicenco con tumbonas y un chiringuito, porque el volumen de la música que tenían puesta ya no era tolerado por nuestros oídos después de la tranquilidad que habíamos tenido los días anteriores. 
La primera tarea que tuvo que hacer el capitán una vez que ya habíamos fondeado fue darle un buen afeitado a nuestro compañero Santxo que quería dejar de tener aspecto de náufrago. En realidad él prefería que lo hubiera afeitado el barbero de Vathi, pero para su disgusto el barbero en cuestión, debido  al poco trabajo que tenía decidió dejar el oficio para meterse a monje, abandonando a su escasa pero fiel clientela. Con lo cual la opción que le quedaba a nuestro camarada era recurrir a Joseba que afortunadamente para nosotros se adaptaba a todo, y hay que reconocerle que con mucho arte dejó a Santxo impecable y ahora podía lucir su esplendorosa sonrisa sin que la barba le molestara. Y ya puestos se hizo un lavado y planchado completo que por cierto nos dio bastante envidia a los demás, puesto que dados los problemas que estábamos teniendo con el sistema de agua dulce simplemente pronunciar la palabra ducha era arriesgado, así que muy prudentemente evitamos hacer preguntas al respecto y nos limitamos a mirar con envidia a nuestro compañero, aunque es verdad que se la merecía porque a sus baños en el mar no había faltado ningún día pero el agua dulce la racionaba escrupulosamente en cuanto al tema ducha se trataba.
No tanta envidia y sí un poco de pena nos dio sin embargo que Álvaro pudiera disponer del agua dulce para asearse porque en este caso era debido a que al día siguiente nos dejaba... 




Llegando a Varko...
...y preparándonos para fondear

Esa noche tuvimos de invitados después de la cena a los tripulantes del “Nan” para compartir los escasos chupitos de Jack Daniels que nos quedaban, ya que que nuestra despensa estaba bajo mínimos de todo. Su compañía se agradecía pero también el hielo que nos trajeron y que nosotros ya no teníamos. 

Nuestros vecinos del "Nan" ya anocheciendo
Y algunos nos fuimos más pronto que otras veces para la cama porque aparte del cansancio de todo el día, a la mañana siguiente tocaba madrugar un poco más que otras veces.





Alysio 2014