Ya martes, los días van pasando sin enterarnos, por un lado parecen eternos por lo mucho que nos cunden y por lo bien que los aprovechamos pero por otro lado poco a poco vemos cómo al mismo tiempo se van agotando...
Este día me
despierto y me extraña que mi compañera de camarote estuviera allí leyendo,
ella ya se había dado su baño mañanero, pero había empezado a llover y se refugió en el interior del barco. Yo decido salir igualmente y veo que el cielo está completamente nublado, incluso caían
algunas gotas, pero ¿quién dijo miedo? Así que no falto a mi cita con el Egeo y me voy para el agua, total me mojaría igual bañándome... Además ya no podía empezar la mañana sin meterme en el mar. Al principio sin problema, no dejaban de ser cuatro gotas, pero cuando a lo
lejos se empezaron a dejar ver relámpagos y oir truenos, parecía que daba un
poco de impresión, lo peor fue cuando las inofensivas gotas pasaron a ser pedruscos
de granizo que incluso hacían daño así que tuve que salir del agua como alma que lleva el diablo para resguardarme.
La novedad ese
día fue que se sirvió el desayuno dentro en nuestro saloncito, igual de bueno
todo pero hay que reconocer que se disfruta el doble al aire libre.
En plena tormenta |
Después de más
de una hora de tormenta diluviando tan fuerte que entraba el agua por
todos los rincones posibles, empezó a salir tímidamente algún que otro rayo de
sol a la vez que seguía lloviznando, no era ni mucho menos otro día radiante como los anteriores pero por lo menos había
dejado de llover con tanta fuerza, y como ya íbamos con retraso respecto a lo previsto, teníamos que ponernos en marcha sin más tardanza en
dirección a Astakos para recoger a dos nuevos tripulantes Thierry y Juanfran,
nuevos este año pero ya asiduos del Alysio. Lo único malo, que debido al mal tiempo no habíamos podido acercarnos a conocer el pueblo abandonado que se veía desde el barco y que desde lejos nos despertó bastante interés, así que tuvimos que abandonar Puerto Leone quedándonos con la ganas de descubrir aquellas ruinas que habían provocado nuestra curiosidad .
Alejándonos de Puerto Leone con la bonita iglesia en lo alto |
Una vez que
llegamos a Astakos, fondeamos cerca del puerto, ni siquiera llegamos a atracar y no todos
fuimos a tierra. Álvaro llevó con la gomona hasta el muelle a Amaia y Santxo que iban
a aprovechar la parada para hacer alguna
compra de víveres, y a continuación volvió con los dos nuevos compañeros de
viaje; si bien antes, durante el rato que estuvo allí, conoció a los tripulantes españoles del velero "Capitán Teach", Alberto y Lola, y no perdió luego la oportunidad Joseba para un intercambio de impresiones acerca de diferentes problemas técnicos cuando al llegar Álvaro le comentó que también ellos tenían alguna que
otra dificultad… y es que navegar no se puede negar que es muy bonito pero también pudimos vivir en el día a día todos
los problemas que surgen por muy cuidadoso que se procure ser.
Ampliada la tripulación, ahora había dos más para integrar la chusma, y además muy pero que muy madrugadores haciéndoles la competencia a Álvaro y Susana, puesto que ya desde el primer día, a pesar de que también habían tenido un viaje bastante agotador pudimos ver que no se les pegaban las sábanas.
Astakos |
Ampliada la tripulación, ahora había dos más para integrar la chusma, y además muy pero que muy madrugadores haciéndoles la competencia a Álvaro y Susana, puesto que ya desde el primer día, a pesar de que también habían tenido un viaje bastante agotador pudimos ver que no se les pegaban las sábanas.
Relajados durante el tiempo que permanecimos fondeados en Astakos |
Siguiente paso
del día… por supuesto dado que se acercaba la hora de comer había que seguir inspeccionando la costa griega. Nos acercamos a una zona del litoral, a Kioni, en donde había
una piscifactoría y otro pequeño pueblo deshabitado con las ruinas de unos
antiguos molinos de viento.
De paso que parábamos a comer intentaríamos ver
delfines, así que estuvimos muy atentos en la “Cala de los Delfines” o “Pan de
Limón”, aunque si alguna vez los hubo, que así nos lo aseguraron quienes pudieron
avistar un par de ejemplares en años anteriores y por supuesto no dudamos de que fuera cierto, esta vez no se
dejaron contemplar.
Y totalmente distinto a lo visto hasta el momento, pudimos
contemplar también unas grúas de tamaño gigantesco destinadas a ser utilizadas para
barcos contenedores, aunque por lo visto no les estaban dando demasiado uso; no
es que precisamente embellecieran el paisaje pero tampoco estuvo mal ver otro
tipo de cosas.
Piscifactoría |
Pueblo deshabitado en Kioni |
Grúas para barcos contenedores |
Más tarde,
siguiendo la rutina del barco, continuamos navegando para fondear cuando llegara la
noche, y esta vez dado que las nubes amenazadoras estuvieron persiguiéndonos durante
todo el día y que a lo lejos se podían oir los truenos, mejor que un resguardo
idílico preferimos un sitio que nos diera protección, mejor no complicarse por
lo que pudiera suceder. Así que pasamos
la noche en Nisis Pétalas, o como había sido bautizado el lugar por los tripulantes del
Alysio de anteriores ocasiones “Cala Verde”. Además según íbamos acercándonos, dada la cantidad de embarcaciones
que allí había, llegamos a la conclusión de que muchos más navegantes habían tenido la misma
idea que nosotros. Mientras estábamos fondeando, vimos que nuestros vecinos más cercanos eran una pareja de nacionalidad
alemana, y por las ganas de hablar que la señora parecía tener, confirmamos que
en ocasiones puede ser mejor viajar como en el camarote de los hermanos Marx que sólo con otra
persona. Por cierto… “Carmen de Barcelona, tu amiga alemana nos preguntó por ti
"(por supuesto que ni idea de quién era para disgusto de nuestra agradable y
dicharachera vecina).
Mirar hacia atrás y ver la tormenta acercándose |
Y hoy para que
vierais cómo nos cuidaban nuestros queridos cocineros, como el día estaba pelín
desagradable nos hicieron unas patatas a la riojana para comer y unas ricas
sopas de ajo para la cena.
Con el estómago lleno y ya relajados, comenzaba a oscurecer y empezaron a aparecer el cansancio y las ganas de dormir.
Nisis Pétalas |
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