La marina nos ha dejado un sabor agridulce. Nos tuvieron esperando una hora para darnos atraque, el que nos dieron era muy pequeño y el tiro del muerto quedaba muy corto, el marinero necesita reforzar seriamente sus modales y debiera ayudar en las maniobras en lugar de quedarse sentado, el precio era caro, las duchas y servicios privados y de pago, la wifi no funcionaba....
Quizá en parte influyó que llegamos a la hora del partido en que Francia era eliminada del mundial.
La parte buena, Maria Theresa, una de las empleadas, que ha sido encantadora. Aunque trabajaba en oficina salió a echar una mano cuando teníamos problemas con el atraque y a partir de ahí cada vez que hemos ido ha hecho todo lo que estaba en su mano para ayudarnos, con una mezcla de castellano e italiano. Se quejaba de lo poco que trabajan los jóvenes. Hoy a la mañana, nos hemos presentado con una ristra de preguntas, la ultima de las cuales ha sido donde podíamos encontrar cruasanes ricos. Ha salido de la marina, ha subido corriendo un par de bloques de escaleras mientras Juanjo y yo intentábamos seguirle, nos ha desaconsejado la primera boulangerie y nos ha mandado donde hacen los que a ella le gustan. Todo ello con vestido escotado y tacones. Me gustaría saber que desayuna.
El atraque, como ya he dicho, resultó un tanto complicado. Los dos sitios que nos dieron no eran buenos: en el primero no cabiamos, y el segundo era un agujero. Así que tardamos un poco y le dimos emoción. Pero la armadora puede estan tranquila que el Alysio goza de buena salud. También hemos repuesto los remos.
Luego el ritual habitual: subida a la fortaleza, paseo por el pueblo y revista a los barcos. Encontramos una biblioteca pequeña que nos gustó, así que acompañamos la foto. Acabamos cenando en una terracita del puerto con tele para ver el partido Grecia-Argentina. Nosotros con los griegos. Perdimos. Vuelta al barco y chupito.
El capitán y yo terminamos en ese punto el dia. Sabemos que Juanjo no se retira, sino que cuando los demás plegamos, emprende una segunda vida que para nosotros permanece oculta.
Emilio nos escribió ayer contándonos que salia de Mallorca a Mahon a donde esperaba llegar hoy, para a continuación saltar a Cerdeña.
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