Dejamos el continente

Estamos cenando fondeados en Capraia, una de las islas del archipiélago toscano. Aquí estuvimos fondeados a primeros de agosto hace dos años, y la imagen de entonces no se parece a la de ahora. En agosto no cambiamos, había cola para hacerse con un fondeo, y molestabamos al ferry para hacer sus maniobras. Esta noche, somos los únicos. Bueno, nosotros y la gaviota que nos acompaña que está hambrienta. Os acompañamos una foto de la gaviota y el capitan para que veais la intima relacion entre el marino y el ave.

Ayer llegó Juanjo a San Remo. Terminamos de preparar el barco a eso de las 4. Hicimos gasoil y arrancamos. Al salir del puerto nos encontramos con el Americo Vespucio que es el buque escuela de la marina italiana, algo asi como nuestro Juan Sebastian Elcano. El barco parecia un galeon pirata y los alumnos vestidos guapamente de blanco, ya sabeis como son estos italianos, que subian por los flechastes a las vergas y a las cofas (como comprendereis me estan soplando).

Dejábamos la Costa Azul después de 10 dias que iniciamos en Marsella. Hemos estado en los Calanques, en Toulon, en Porqueroles, en Saint Tropez, en Cannes, en las islas de Saint Honore y santa Margarita que lo franquean, Niza y San Remo. Nos han gustado, salvo Monaco. El tiempo regular, sin baños o con muy pocos, alguna chaparrada y con pantalón largo y jersey a las noches. Muy poquitos turistas en estas fecha que es algo que se agradece.

La travesía de ayer muy rápida y con olas. Salíamos con una previsión de viento de 20 nudos que a la noche llego a los 30. La mar con olas que los expertos calificaron como de fuerte marejada. Las velas en su mínima expresión, casi parecían sellos y aun así volabamos. De media hicimos 8 nudos largos. Y el barco se movía bastante. Hasta 11.30 Juanjo y yo estuvimos en cubierta, escondidos bajo la capota. Cuando salió todo volando en una de las cabezadas del barco, el capitán, que se había ido a descansar, subió a cubierta. Recogimos vela, aguantamos un poco y a mi me mandaron a la cama.

El barco estaba muy animado, así que pensé que debía tumbarme en el centro para evitar generar mas escora. Eso si, apoyando el pie en la banda de enfrente para no salir disparada. Con tanto movimiento me ha costado bastante dormir y me ha dado tiempo de repasar todo lo que he leído sobre temporales.

Cuando me he despertado estábamos fondeados en Capraia junto a otros dos veleros. He entonado un tedeum esperando que mis colegas se levantaran. El resto del dia hemos estado lentos para compensar el meneo de la noche.

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