Teníamos que recoger a las nuevas tripulantes que llegaban a Cerdeña. Llevábamos diez dias solos, y la incorporación de nuevas pasajeras tuvo como efecto nerviosismo en los miembros masculinos, que se esforzaron en su higiene, lo cual hablando en plata quiere decir que se afeitaron para la recepción.
Cruzamos el estrecho y tras un rato de espera las recogimos en Santa Teresa de Gallura. Después de algo de compra volvimos a territorio frances y fondeamos en la isla Lavezi, donde ya habíamos estado otras veces y que es francamente bonita.
En esta isla el 15 de febrero de 1855 se hundió la fragata Semillante que se dirigía a la guerra de Crimea, muriendo 773 personas que fueron enterradas en la isla.
Navegar por el estrecho entre Corcega y Cerdeña es complicado porque el viento se encañona y hay muchas piedras y bajos. Gracias al programa de navegación que llevamos, hoy nos resulta bastante mas sencillo.
Cena en la bañera, tertulia con gin tonic a la bilbaína y a la cama. A la mañana mientras desayunabamos ha llegado el Paloma, un yate de crucero con el que hemos coincidido en cuatro ocasiones. El barco tiene una linea muy clásica, y nos parece bonito. Dada la bandera y el estilo hemos pensado que puede ser de una prima segunda de la reina de Inglaterra. Juanjo tiene esperanzas de que nos inviten a una fiesta. A pesar de que parece que nos vienen siguiendo yo lo veo difícil. Os acompaño documento gráfico.
Me he percatado de que las nuevas tripulantes intentan ganarse el favor del capitán, aunque todavía no se con que finalidad. Ved en la foto el trato que le dispensan. Es cierto que como el capitán tiene que mantener su prurito no usa crema de protección para susto de las nuevas tripulantes.
Juanjo y yo tenemos que diseñar alguna estrategia para conseguir ver los partidos del mundial. En el estrecho no conseguimos sintonizar la tele y hoy juegan Inglaterra y Alemania.
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